Hurones y turones, una tradición

 

Hurón en Fuenterrobles, Arxiu RMiB

El hurón (Mustela putorius furo) es una raza doméstica derivada del turón (Mustela putorius putorius), aunque estudios genéticos sugieren que podría tener genes de otras especies, como el turón de las estepas (Mustela eversmanii). Los primeros hurones pudieron haber sido domesticados por los egipcios entre los años 1500 y 1400 a.C., pero no se han encontrado ejemplares momificados, lo que genera dudas al respecto. Sin embargo, está documentado que César Augusto envió hurones o, quizás, ginetas a las Baleares para controlar las plagas de conejos en el año 6 a.C.

 

El turón

Existen diferencias morfológicas entre el hurón y el turón, siendo una de las principales el color del pelaje, que en el turón es más oscuro, además presenta una máscara facial blanca muy característica. Los hurones, por su parte, suelen ser de menor tamaño, un turón puede alcanzar hasta 45 cm de longitud y pesar aproximadamente 1.500 gramos. La esperanza de vida de estos animales ronda los cinco años, y su hábitat natural se encuentra en zonas cercanas a ríos y áreas húmedas. A diferencia de sus parientes domesticados, los turones son animales solitarios y territoriales. Su actividad es crepuscular y nocturna, durante la cual buscan alimento, que consiste en pequeños mamíferos y reptiles. Ocasionalmente, también consumen huevos, peces, invertebrados o carroña.

Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las poblaciones de turón están en declive debido a la reducción de sus presas, la destrucción de su hábitat y el uso de venenos, por lo que se encuentra catalogado como especie con preocupación menor.

En el País Valencià, el turón es una especie poco conocida. Sin embargo, existen registros históricos que indican que, hasta finales de la década de 1980, era relativamente frecuente en las comarcas del interior. A partir de 1997, las citas de la especie desaparecen, y no se han localizado ejemplares en las prospecciones realizadas para eliminar al invasor visón americano (Neovison vison). Además, no se ha detectado en estudios con cámaras de fototrampeo, y en los centros de recuperación de fauna valencianos, no se ha registrado ningún ejemplar, lo que podría indicar que la especie se encuentra probablemente extinta en esta parte del Mediterráneo.


Hurón Arxiu RMiB


El hurón

El hurón es un animal doméstico, social y muy curioso, de hecho en los hogares de Estados Unidos es la tercera especie más frecuente, después de perros y gatos. Su domesticación se debió a la necesidad de conseguir proteínas animales y mantener contraladas las poblaciones de roedores que esquilmaban los graneros. Después de generalizarse el uso de los gatos para combatir a los roedores, su principal función quedó reducida a la caza.

El campesinado tenía muy limitado el acceso a las proteínas, ya que no podían cazar grandes herbívoros, ni podían tener armas con que abatirlos. Por ello, el hurón les permitía acceder a presas abundantes, pero difíciles de atrapar como los conejos, ya que a la menor señal de peligro se escondían en huras inaccesibles. Alguien debió darse cuenta que había unos pequeños carnívoros, los mustélidos, que tenían la habilidad de entrar dentro de las madrigueras, lo que provocaba el abandono de su refugio inexpugnable. La domesticación primero y luego, la selección genética fueron la responsables de la aparición del hurón.

Estos poseen cuerpos alargados y pequeños que les permiten internarse en la red de galerías de los vivares donde se refugian los conejos, o asaltar las madrigueras de los roedores. Para conseguir atrapar sus presas estos carnívoros cuentan con una vista, olfato y oído muy desarrollados, lo que les permite desenvolverse a la perfección dentro de estrechos y oscuros corredores o cámaras. Sus presas han aprendido que cuando uno de estos pequeños cazadores entra en sus huras, no hay más posibilidad de supervivencia que salir al exterior y huir. 

En Oceanía, el hurón es considerado una especie invasora, ya que fue introducido para controlar la plaga de unos conejos, también introducidos. Sin embargo, algunos ejemplares escaparon y lograron adaptarse al medio natural. Desde entonces, han proliferado cazando todo tipo de especies autóctonas, que están indefensas frente a la efectividad de un depredador al que no están acostumbradas.


Hurón, Arxiu RMiB


Técnicas de caza

La principal técnica de caza con hurón se denomina ronda de madriguera o caza a toro suelto. Consiste en introducir el hurón en una de las bocas de una madriguera y esperar que salgan las presas, para poder cobrarlas. Cuando un conejo detecta la presencia de un hurón dentro de su refugio, golpea con fuerza a modo de zapateo para avisar de la invasión al resto del grupo, y acto seguido huye. Todos los miembros del clan familiar de gazapos salen fuera huyendo a toda velocidad, utilizando alguna de las distintas bocas del vivar. Los cazadores aprovechan ese momento para dispararles o atraparlos con lazos, redes o capillos. 

El capillo es una red de un metro cuadrado que se coloca interceptando la boca de una madriguera, donde quedan atrapados los conejos que salen a toda velocidad. También se capturan los lagomorfos con perros o ayudándose con aves de cetrería. Un ejemplo cinegético lo encontré durante un paseo por la comarca de Utiel-Requena. En abril de 2011, tuve la oportunidad de coincidir en Fuenterrobles con un huronero que me permitió tomar algunas fotografías mientras introducía su hurón en un majano. 

La caza con hurón está regulada por las leyes cinegéticas y algunas comunidades permiten esta modalidad. No es el caso valenciano, nuestra legislación prohíbe el empleo de hurones para la práctica cinegética, según la Ley 13/2004, de 27 de diciembre, de caza de la Comunidad Valenciana, según el Artículo 12, apartado 2 d.


Foto de portada del libro "La Portera, su historia y sus familias" de Juan Piqueras Haba


Domesticar al hurón

Para poder utilizar el hurón en la caza, es fundamental adiestrarlo adecuadamente. Para ello, se emplean ejemplares jóvenes de hasta seis meses de edad. Es importante acostumbrar al animal al trato con su entrenador, pero este debe aprender a tolerar sus mordiscos, ya que son una conducta natural en las relaciones interespecíficas de los hurones. Ellos tienen un pelaje denso que amortigua el daño que provocan sus afilados caninos, por lo que muerden con fuerza. Gracias a la selección genética y al adiestramiento, se ha logrado que estos animales nerviosos y juguetones por naturaleza se conviertan en seres sociales, tan dóciles y cariñosos como un perro.


Traibolas o garigolas de la familia Ruiz, Arxiu RMiB

La cultura del huronero

El uso del hurón en la caza ha sido una arraigada tradición en el medio rural, por ello, se ha desarrollado toda una cultura específica en torno a esta práctica. En La Portera, Requena, la familia Ruiz mantiene viva la memoria de su abuelo, que fue un orgulloso experto de la caza con hurón. Aún conservan una valiosa colección de garigolas, que allí llaman “traibolas”. Son unos cestillos de esparto, en los que se saca al hurón al campo. Vicente y Gonzalo, me mostraron su colección con orgullo ¡Muchas gracias!




Los huroneros pueden emplean bozales específicos para evitar que el hurón mate al conejo dentro de la madriguera. Este pequeño carnívoro gusta consumir su presa, justo después de matarla, por lo que puede suele ocurrir que una vez se hartos, se queden dormidos allí mismo, aprovechando el calor que emite el cuerpo de su víctima. Esto representa un problema, ya que los hurones solo están activos entre tres y cuatro horas al día y la siesta puede ser prolongada. Cuando un hurón se encama dentro de un vivar, el huronero debe esperar a que salga de la madriguera, si tiene prisa debe cavar para recuperarlo o abandonar su hurón y regresar tiempo después. Para evitarlo se utiliza otra técnica, consiste en aparejar al hurón con un arnés atado a una cuerda; si no sale del interior del vivar, basta con estirar del cordel para recuperarlo. Además, hoy en día existen localizadores GPS específicos para este mustélido que permiten localizarlos y recuperarlos con facilidad.

Para tener localizados los hurones, se utilizan cascabeles o cencerros, ya que existe el riesgo que salgan de la madriguera cabalgando la espalda de un conejo, intentando morderle la nuca para matarlo, por lo que es probable que resulten heridos por los perdigones del cazador atolondrado que dispare al bulto. 


Texto y fotos de Rafa Muñoz. 

Hurón, Arxiu RMiB

No hay comentarios:

Publicar un comentario