Biodiversidad e historia en Setaygues

Siete Aguas


El municipio de Siete Aguas pertenece a la comarca valenciana de la Foia de Bunyol que en 2024 tenía 1.279 vecinos censados. Su historia se remonta a tiempos de los romanos porque se han encontrado restos de un templo dedicado a Diana en la calle mayor. Jaume I le otorgó la Carta Puebla en 1260 con su topónimo original de Setaygues y fue repoblado por aragoneses quedando el resto de la zona poblado de moriscos. Por allí pasaba el antiguo Camino Real de València.


Palacio de los Portaguerra, Siete Aguas


El edificio más antiguo que queda en pie en el casco urbano es el Palacio de los Portaguerra, es una casa medieval que fue propiedad de Miquel Pere de Portaguerra y llegó a tener un gran huerto conocido como el Jardí del Regne. 


Mantis religiosa


El 13 de octubre en los alrededores de la población, en el paraje de la Cañadilla, encontré una Mantis religiosa que por el tamaño debía ser hembra. Entre las aves destacar la presencia de curruca rabilarga (Curruca undata) y alondra totovía (Lullula arborea).


La Vallesa de Siete Aguas
 

La Fuente de la Vallesa

El 20 de octubre me acerqué hasta el norte del término, a un paraje con fuentes porque multiplican las posibilidades de observar la biodiversidad. Como premio al paseo encontré sombra y unas mesas para almorzar en la Vallesa y desde allí observar con tranquilidad las aves de la zona. 


Pico picapinos en la Vallesa

Descubrí una pareja de pico picapinos (Dendrocopos major) en la chopera, la hembra estuvo trabajando abriendo un hueco en el tronco para hacer el nido mientras el macho la observaba desde una rama cercana. A los lejos volaba una pareja de adultos de águila perdicera (Aquila fasciata) y un pito ibérico (Picus sharpei) delató su presencia con su estruendoso relincho mientras atravesaba volando el bosquete.


Hydrophilus piceus en la Vallesa

Allí hay la balsa de incendios donde encontré una pequeña joya cada día más escasa por la pertinaz sequía, un escarabajo acuático del género Hydrophilus, creo que se trata de un Hydrophilus piceus que es la especie más grande de coleóptero acuático de la península ibérica, ya que alcanza hasta los 48 mm de longitud. Se alimenta de plantas y complementa su dieta con cadáveres de pequeños animales. Pueden volar y huir de zonas que se sequen.


Notonecta glauca en la Vallesa

También abundaba otro insecto hemíptero eminentemente acuático, la Notonecta glauca. Esta especie tiene un tamaño medio de 2 cm y vive en aguas dulces estancadas. Tiene como principal peculiaridad que nada de espaldas aprovechando que su cuerpo tiene forma de barca y se impulsa sumergido, justo por debajo de la superficie agitando sus patas traseras a modo de remos. Merodea la superficie para localizar a sus presas por las ondas que generan al caer al agua, una vez las alcanza las muerde y absorbe sus jugos. Se alimenta principalmente de otros insectos, aunque si puede atraparlos no desprecia presas más grandes como renacuajos o pequeños peces.

 

La Contienda, Siete Aguas

Las casas de la Contienda

En el límite oeste del término de Siete Aguas hay un lugar singular y cargado de historia, se trata del despoblado de las Casas de la Contienda. Hoy en día sólo son las ruinas de unas casas situadas al principio de la recta del Rebollar, a mano derecha de la A3 circulando en sentido a Requena.

Este lugar fue durante siglos la frontera entre el Reino de Valencia y Castilla, pero su origen se remonta al neolítico porque unos sondeos arqueológicos han descubierto restos de cabañas de esta época. Aquí se alzaba una de las posadas del antiguo camino Real de Valencia a Requena que continuaba hasta Madrid.


Colirrojo tizón en la Contienda


Ser un lugar de frontera implicó que fuera en espacio propicio a los conflictos. De las reseñas escritas sobre la Contienda se sabe que aquí mismo se reunieron en 1273 para negociar Jaume I y Alfonso X el Sabio, justo en la linde de sus dos reinos. Pero también hubo batallas y pugnas territoriales, en 1319, el arzobispo de Toledo Juan de Aragón que era hijo del rey valenciano Jaime II el Just, entró en Siete Aguas marchando desde la Contienda con la cruz alzada reclamando su jurisdicción. Esto provocó un serio conflicto con los obispos de Segorbe, Zaragoza y Valencia que no toleraban ninguna autoridad eclesiástica castellana dentro de las fronteras de los reinos de la Corona de Aragón. Cuatro años después lo volvió a intentar pretendiendo extender las fronteras castellanas sin éxito.

Los conflictos siguieron hasta que en 1356 aquí mismo se produjo una de las primeras batallas de la Guerra de los Pedros (1356-1367) que enfrentó las tropas de Pedro IV el Ceremonioso de Aragón y las del castellano Pedro I el Cruel. En este conflicto las tropas castellanas llegaron hasta las mismas puertas de las murallas de València y la sitiaron dos veces, aunque sin éxito. Como recompensa por su fidelidad el rey de Aragón otorgó a la ciudad las dos eles de “Molt Lleial”, que rodean el escudo cuatribarrado del cap i casal.

Detalle del despoblado de la Contienda


En 1429 el Conde de Alba Fernán Álvarez de Toledo que era un noble residente en Requena con la misión de proteger la frontera castellana, juntó una hueste de un millar de jinetes con los que conquistó Siete Aguas. Una vez asentados en la plaza comenzaron a realizar actos de pillaje por la comarca de la Foia de Bunyol. Para expulsarlos el alto funcionario real, el conde de Buñol y barón de Cheste, Berenguer Mercader i Miró, el mes de agosto organizó un ejército con el que recupero Siete Aguas. Los castellanos huyeron a Requena, se reforzaron y regresaron para enfrentarse en la Contienda. De nuevo ganaron los valencianos y para conmemorar la victoria el conde Berenguer en 1432 ordenó construir hito de piedra, la Cruz Pairal que situó en la frontera, en este caserío. Esta zona fronteriza se utilizó para realizar duelos porque al celebrarse en la frontera los vencedores evitaban represalias legales.

Las casas de la Contienda se abandonaron a principios del siglo XIX y la Cruz Pairal se trasladó al parque de la Glorieta de Siete Aguas. El día 27 de octubre, alrededor del despoblado en ruinas encontré abubilla (Upupa epops), un busardo ratonero (Buteo buteo) y colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).

 

Fuentes y referencias:

https://www.sieteaguas.es/contienda

https://iv.revistalocal.es/columnas/siete-aguas-o-requena-o-infiernos-violencia-fronteriza-y-ruidosas-quimeras/

https://www.enciclopedia.cat/gran-enciclopedia-catalana/berenguer-mercader-i-miro

MILLÁN, A.; SÁNCHEZ-FERNÁNDEZ, D.; ABELLÁN, P.; PICAZO, F.; CARBONELL, J.A.; LOBO, J.M. Y RIBERA, I. (2014). “Atlas de los coleópteros acuáticos de España peninsular”. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid.