Cantos de celo y primeras puestas


8 de marzo de 2020

Búho real (Bubo bubo hispanus) 


Un recorrido por el centro de la comarca de Requena-Utiel en estos últimos días del invierno suele deparar pocas sorpresas ya que algunas aves invernantes ya se han marchado a sus localidades de cría en el norte de Europa y solo han llegado las más tempraneras de las aves estivales, además apenas ha empezado el paso migratorio. La vegetación aún está muy parada en espera de algunas lluvias y algo de tempero, las mañanas todavía son frías como esta que solo marca un grado sobre cero.

Conejo (Oryctolagus cuniculus)


Decido recorrer el centro comarcal para comprobar el pulso natural del altiplano y compruebo que sigue abundando el Conejo (Oryctolagus cuniculus), han superado otra temporada de caza y los jóvenes gazapos ya se atreven a salir lejos de sus madrigueras. Esta especie es una de las piezas básicas del funcionamiento de la cadena trófica ya que es la presa preferida y el principal sustento de muchos carnívoros.

Serín verdecillo (Serinus serinus)


Las especies sedentarias son las más tempraneras en iniciar el periodo de celo, han sobrevivido a una época de escasez de alimentos y a las bajas temperaturas y ahora los machos se anuncian con potentes cantos, proclaman que regentan buenos territorios y que serán un buen padre, esperan convencer a una hembra y en breve realizarán las puestas, un buen ejemplo es el Serín verdecillo (Serinus serinus).

Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)


Otra especie algo más tímida que canta estos días es la Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), a diferencia del verdecillo que canta desde puntos altos y bien visibles a las currucas no les gusta alejarse de la seguridad que supone la vegetación, zarzas y olivos les dan la suficiente protección para animarse a cantar, con suerte alguna hembra se sentirá atraída y accederá a emparejarse.

Búho real asustado


En un cantil sorprendo un Búho real (Bubo bubo hispanus) acostado en una repisa de un cortado rocoso. Lo he descubierto porque tiene las “orejas” estiradas, en realidad esas plumas erizadas no son las orejas, son unas plumas alargadas como crestas que utilizan para comunicar su estado de ánimo y cuando sienten el peligro las estiran, cuanto más tiesas están más peligro sienten, a pesar que nos separan 100 metros si está tan alerta es porque está  incubando y yo le parezco una seria amenaza, hago una foto y me voy con rapidez.

Grajilla occidental (Corvus monedula spermologus) 


En otro pequeño cortado veo una pareja de Grajilla occidental (Corvus monedula spermologus) que se acerca a una pequeña oquedad, es muy probable que estén buscando donde hacer su nido. Utilizaran huecos en roquedos o en ramblas arenosas para poner entre 2 y 8 huevos azulados. Estas aves antes eran abundantes pero con la extensión del monocultivo de la viña se han rarificado además nuestra comarca es uno de los pocas zonas de València donde todavía se pueden observar. Como curiosidad esta especie después de la época de reproducción se agrupan en pequeños bandos para pasar la jornada, a su vez estos bandos se juntan al anochecer en dormideros comunales y uno de ellos está en el casco urbano de Requena, allí además de temperaturas más suaves evitan el ataque de predadores nocturnos.



Escribo estas líneas encerrado en mi casa, mi familia estamos todos bien pero, como todos, por responsabilidad debemos guardar cuarentena para retardar la expansión del COVID-19, con ello daremos tiempo a sanidad pública para que pueda atender los casos más graves. Añoro salir al campo, a nuestras sierras y bosques pero me consuelo pensando que los animales estarán sorprendidos al no vernos por todas partes, alterándolo todo, se sentirán más libres y seguros.

Textos y fotos © Rafa Muñoz