El viernes 12 de noviembre de 2012, en un recorrido ornitológico realizado por las riberas del río Magro a su paso por las inmediaciones de los cascos urbanos de Requena y de San Antonio pude disfrutar de lleno con el cromatismo propio de la estación. El río Magro viste ya de lleno los colores del otoño. Los amarillos ganan terreno a los verdes, y los campos de cultivo ya adquieren el color rojizo característico del suelo cargado de humedad. Afortunadamente las lluvias de estas últimas semanas están mitigando la atroz sequía que tenía el río y los montes y parajes por donde discurre.
Las aves propias del otoño ya han llegado al Alto Magro. Destaco ya la presencia de los escasos escribanos palustres Emberiza schoeniclus. En un recorrido ornitológico por las riberas del río pude observar al menos tres ejemplares en unos huertos cultivados de maíz a poca distancia del cauce del Magro, junto al puente de Jalance, en plena vega de Requena. Esta especie es poco habitual en nuestras tierras de interior y busca espacios palustres en vegas agrícolas con abundancia de gramíneas de las que se alimenta. El río Magro, una vez más, ofrece un hábitat idóneo para la especie. Hay que recordar que citas de este bonito pájaro se tienen de Utiel, San Juan, San Antonio, El Pontón Requena y Hortunas, siempre a escasa distancia de los eneales y carrizales del cauce que les sirve de protección a la hora de pasar la noche.
En esa misma jornada disfruté de la presencia de un martín pescador Alcedo athis en el río, a la altura del Cinto Mariano. Desgraciadamente aún no es un ave demasiado habitual en el río Magro, ya que necesita de una calidad de aguas que aún no se ha podido conseguir. No obstante, su existencia, aunque testimonial se ha constatado en todos los municipios por los que transcurre el río, especialmente en los períodos propios de la migración.
El día salió con una meteorología complicada ya que llovió durante gran parte del mismo, lo que dificultaba la observación de las aves. Apenas se recogieron datos de interés. Aún así, destaco la presencia de un par de garzas reales Ardea cinerea en San Blas y de una golondrina común Hirundo rustica en los estanques de riego de El Pontón, cita realmente tardía ya para esta especie que pasa el invierno típicamente en el África subsahariana.
Javier Armero Iranzo
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