LA MUELA DEL ALBÉITAR


6/5/2018

Muela del Albéitar, Corte de Pallás


¡Curiosa y sabia toponimia! El domingo 6 de mayo me dirigí a un paraje próximo en el término vecino de Cortes de Pallás, la comarca morisca de Ayora-Cofrentes. No tenía ni idea del significado el vocablo albéitar, solo sospechaba que tenía una evidente raíz árabe, ahora escribiendo estas líneas descubro que esta palabra de una sonoridad especial significa veterinario, si echo a volar la imaginación puedo comprender que llamaron a este paraje así ya que algún morisco sabio recorrería este alejado rincón en busca de plantas medicinales con las que tratar a los animales domésticos, hace más de 400 años.

Cebolleta morisca (Asphodelus ramosus)

Esta muela es una elevación del terreno llana, dicho de otra manera más gráfica, es una meseta aislada por la erosión de ramblas y barrancos que la delimitan con cortados verticales. Esta zona debió ser utilizada para alimentar ganados en épocas frescas ya que la falta de agua impide su utilización en plena canícula, quizás por ello está tapizada de monte bajo dominado por espartales, aliagares y coscojares, En las laderas más umbrosas reina el pino carrasco ya que los suelos son calizos y pedregosos pero en esta primavera lluviosa lucían un tapiz de flores en las que libaban muchas abejas. Entre un mayoría de flor de romero y aliaga destacaban las varas de flores blancas de la Cebolleta morisca (Asphodelus ramosus), en valenciano es conocida como cebeta borda. Esta es una especie perenne perteneciente a la familia de las asfodeláceas, abundan en zonas pedregosas calizas y secas, otro detalle curioso es que es muy frecuente en zonas que soportan un intenso pastoreo porque el ganado evita su consumo, esta especie crece en lo alto de las montañas mediterráneas y también es muy abundante en las zonas altas del Rincón de Ademuz.

Lirio enano de monte (Iris lutescens subbiflora)


Menos abundantes vistiendo la zona de un colorido espectacular habían jaras, lino blanco y algunos ejemplares de Tulipán silvestre (Tulipa sylvestris australis) y de Lirio enano de monte (Iris lutescens subbiflora) este último es un taxón protegido por su rareza. Como siempre debo agradecer la identificación de estas especies a Víctor París, yo bastante tengo con saber algo de animales vertebrados, necesitaría algunas vidas más para aprender algo de invertebrados y para aproximarme al inmenso reino vegetal.

Tulipán silvestre (Tulipa sylvestris australis)

Las aves quedaron un poco en segundo plano debido a la belleza de estas tierras, al coincidir mi visita con el clímax de la vegetación gracias a las recientes lluvias. Aun así observé Abejaruco europeo (Merpos apiaster), Arrendajo (Garrulus glandarius), Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), Carbonero común (Parus major), Carbonero garrapinos (Periparus ater), Chova piquirroja (Pyrrhocorax graculus) y Cogujada montesina (Galerida theklae). 

Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)

Culebrera europea (Circaetus gallicus), Curruca rabilarga (Sylvia undata), Estornino negro (Sturnus unicolor), Mirlo común (Turdus merula), Mito común (Aegithalos caudatus), Paloma torcaz (Columba palumbus). Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs), Serín verdecillo (Serinus serinus), Tarabilla común (Saxicola torquatus) y Vencejo común (Apus apus).

Culebrera europea (Circaetus gallicus)


En el extremo sur de la muela me asomé a unas vistas únicas, sin más rastro de nuestra especie que las cicatrices de alguna pista y carretera, con el azul intenso de las aguas del embalse de Cortes Pallás, las ruinas del castillo de Chirel y las reconocibles columnas de vapor de agua que vomitan las torres de refrigeración de la nuclear de Cofrentes. El resto era un inmenso territorio verde, casi virgen, estas tierras se volvieron salvajes con la expulsión de los moriscos y así siguen muchos años después para disfrute de los sentidos del que sabe valorar la naturaleza.

Desde la muela del Albéitar, el valle del Jucar, la muela de Cortes y el embalse de Cortes.


De regreso sorprendí a un esquivo Lagarto ocelado (Timon lepidus), de mamíferos encontré Cabra montés (Capra pyrenaica) y un enorme macho de Jabalí (Sus scrofa) solitario, yo caminaba despacio intentando hacer el menor ruido posible por una de las pistas en lo alto del Albéitar, quería escuchar los sonidos de la naturaleza para adivinar qué especie era la que los emitía, de repente me sobresaltó un ronco gruñido, a pocos metros a mi derecha me miraba desafiante un enorme verraco, quizás tan sorprendido como yo de haberme oído tan tarde, nuestra especie es demasiado ruidosa y los animales saben de nuestra presencia con mucha antelación. No quise desafiarlo ni provocar su huida porque lo tenía a menos de 15 metros, seguí caminando al mismo ritmo y cuando me había alejado unos metros giré la cabeza y comprobé que seguía erguido en el mismo sitio, puede que estuviera perplejo y no me quitaba ojo, continué y poco después bajó la cabeza y siguió comiendo. Me invadió una mezcla de emoción por haber vivido la cercanía del precioso ejemplar sin provocar su huida gracias al hacer caso de su amenaza y alejarme, conseguí convivir con él unos segundos sin llegar a interferir en su actividad, estos breves instantes, quizás, valen toda una eternidad.

Jabalí (Sus scrofa) foto de ejemplar en cautividad


Texto y fotos de Rafa Muñoz 2018.

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