Aves y campiñas de Campo Arcís

 

Las campiñas del Campo Arcís

El Balsón y Casa de la Sima, 2 de mayo de 2021. 


El domingo estuve recorriendo los parajes al sur de Campo Arcís. Aquí la viña que domina nuestros campos deja paso a un barranco que recoge las aguas residuales de la localidad. En nuestras campiñas la presencia de agua, aunque sea ocasionalmente y tenga baja calidad, es sinónimo de biodiversidad. Esta aumenta al alejarnos del casco urbano ya que ganan protagonismo algunos campos de cereal frente al monocultivo de la viña. 

La fuente del Balsón erosiona esta zona dominada por arenas rojizas y arcillosas, se abre paso por la rambla del Reguero que al juntarse con la rambla de las Casillas de Jiménez forman la espectacular rambla de los Morenos. Esta zona es tan arenosa que las corrientes de aguas subterráneas al erosionar el subsuelo provocan hundimientos de tierra, en la superficie se abren unos cráteres lunares, son las simas. Destacan la Sima Grande y la Sima de la Casa de la Sima. A partir de este lugar, en el Panderón, aparecen cárcavas arenosas, eriales y espartales que estos días están llenos de flores y grandes tablas de cereal adornadas por miles de ababoles coloridos, nombre local de las amapolas.


Ababol del Campo Arcís


Con esta variedad de recursos si le sumamos la presencia de agua nos permiten encontrar uno de los puntos calientes de la biodiversidad comarcal. Aquí viven dos parejas de busardo ratonero (Buteo buteo) y varias de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).


Pareja de ratoneros del Balsón


Solo salen de noche pero con suerte podremos comprobar que en las ramblas también se esconde el poderoso búho real (Bubo bubo) y el mochuelo común (Athene noctua), en los bosquetes isla con árboles de buen porte cría el búho chico (Asio otus) mientras que en los bordes de los pinares canta el cárabo común (Strix aluco), en los jardines y huertos lo hace el pequeño autillo europeo (Otus scops). Todo un repóquer de rapaces nocturnas, pero como estamos en paso migratorio se puede añadir al cuaderno de campo la presencia de un milano negro (Milvus migrans).


Abejaruco (Merpos apiaster) 

Las aves medianas de estas campiñas aportan las notas de color, están lideradas por los bellos abejarucos (Merpos apiaster) aunque no les va muy a la zaga la oropéndola europea (Oriolus oriolus). Esta última es un proyectil amarillo y negro que vuela rápido en las riberas, es difícil de ver pero su aflautado reclamo nos delata su presencia.


Urraca (Pica pica)

Tres especies de palomas viven aquí, la más grande y poderosa es la paloma torcaz (Columba palumbus), la paloma zurita (Columba oenas) es más ligera y nerviosa, además es muy escasa, a ellas se les suman las palomas bravías (Columba livia domestica). 

En estas campiñas será más fácil oír que ver a la tórtola europea (Streptopelia turtur), mientras que en el casco urbano abunda la tórtola turca (Streptopelia decaocto). Completan la nómina de las aves medianas de estos campos el pito ibérico (Picus sharpei), la grajilla occidental (Corvus monedula spermologus) y la familiar urraca común (Pica pica).


Gallineta común (Gallinula chloropus)

Antes de repasar las aves pequeñas de Campo Arcís no debemos olvidar que escondida entre los charcos, al amparo de juncos y carrizos de la rambla vive la gallineta común (Gallinula chloropus) a la que acompaña el galápago leproso (Mauremys leprosa).


Cetia ruiseñor (Cettia cetti)


Antes de alejarnos de la rambla hay que fijarse en chopos, olmos y álamos, con algo de práctica se pueden descubrir pequeñas aves canoras como el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), el cetia ruiseñor (Cettia cetti)​ o el zarcero políglota (Hippolais polyglotta).


Papamoscas gris (Muscicapa striata striata)

Las las ramblas son el hogar de pequeños mosquitos, por ello aquí viven el papamoscas gris (Muscicapa striata striata) y el estornino negro (Sturnus unicolor). Además acuden a comer la golondrina común (Hirundo rustica), la golondrina daúrica (Cecropis daurica), el gorrión común (Passer domesticus balearoibericus) y el vencejo común (Apus apus), todas estas aves aprovechan nuestras casas para hacer sus nidos.


Serín verdecillo (Serinus serinus)

Si un paseante tranquilo y silencioso se fija en las casas de labor de la zona y en los arbustos que les rodean podrá disfrutar con la presencia del serín verdecillo (Serinus serinus), el jilguero europeo (Carduelis carduelis), el pardillo común (Linaria cannabina mediterranea) y el carbonero común (Parus major).


Gorrión molinero (Passer montanus)

Muy similares a los gorriones, prácticamente son sus primos hermanos, podremos observar el gorrión chillón (Petronia petronia) y el gorrión molinero (Passer montanus).


Curruca tomillera (Curruca conspicillata conspicillata)

Ahora os hablaré de otras aves más difíciles de localizar visualmente porque gustan de vivir ocultas en la espesura, amparadas en la protección que les ofrecen los zarzales y espinos, son las currucas. Estas pequeñas aves de tonos apagados y cantos chirriantes con ojos curiosos se puede descubrir que son preciosas. En mayo están en celo y se dejan ver a primeras horas de la mañana mientras cantan desde lo alto de un arbusto para atraer una pareja. Con suerte descubriremos a la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) y en los aliagares más termófilos a la curruca tomillera (Curruca conspicillata conspicillata).


Alondra común​ (Alauda arvensis)

En las viñas y en los cereales domina el estridente escribano triguero (Miliaria calandra) que elige perchas desde la que inundar toda la campiña con su canto. Por último os presentaré las aves que gustan de alimentarse en el suelo. Para poder despistar a sus enemigos se han de vestir de tonos marrones para camuflarse, ya que viven en un medio abierto donde predominan los tonos terrosos. 

Con paciencia, prestando atención a sus cantos y fijándonos mucho podremos descubrir la cogujada montesina (Galerida theklae), la alondra común​ (Alauda arvensis) y la terrera común (Calandrella brachydactyla). Este listado de aves no es exhaustivo pero coincide con las que pude oír o ver.  


Rambla del Balsón, Campo Arcís

Texto y fotos de Rafa Muñoz


Ababol


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