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Mas de Caballero, un mundo perdido

 

Mas de Caballero y la sierra de la Atalaya, Arxiu RMiB

En medio de una zona boscosa perdida en los llanos que separan la Sierra del Negrete (Utiel) que tiene como cima más elevada el pico del Remedio (1306 m.), de la Sierra de la Atalaya (Chelva), con 1157 msnm. Allí se abren unos antiguos cultivos dominados por la aldea del Mas de Caballero. Este caserío pertenece a Chelva, aunque por carretera está mejor comunicado con Utiel y Requena gracias a la CV-391. Esta pequeña localidad, hoy en día despoblada, se encuentra situada a 941 metros de altitud, en los conocidos como llanos de Villar de Tejas, donde confluyen las escorrentías que forman el río Reatillo, un afluente que tras pasar por Chera y Sot de Chera, desemboca en el río Turia.

 

Jaume I

El Vizcondado de Chelva, tierra de frontera y conflictos

Estas tierras fueron frontera histórica y, por tanto, zona de litigio entre el grueso de sus pobladores mudéjares, el Reino de Castilla, el de Aragón y el de València, por ello no extraña que cambiaran con frecuencia de manos. En 1194 la tomó Pedro II de Aragón (Huesca, 1178-1213). En 1214 la recuperaron los almohades que gobernaban la taifa de València, encabezados por Sayyid Abu Zayd (Baeza, 1195-1268). La Serranía volvió a manos aragonesas en 1238, cuando el rey Jaime I (Montpeller, 1208-1276) tras la conquista cedió estas tierras y las de Altura, al noble navarro Pedro Fernández de Azagra (1196-1246), señor de Albarracín, según consta en el Llibre del Repartiment de València, por tanto esta comarca pasó a pertenecer a la corona de Aragón.

Castillo de Domeño, Arxiu RMiB


En 1386, el señor de Manzanera Pere Lladró de Vilanova compró las poblaciones de Chelva, Tuéjar y Sinarcas al noble Hugo de Bordils, y con ellos, en 1390 fundó el Vizcondado de Chelva. Sus dominios en buena parte coinciden con la actual comarca de la Serranía, tenían como centro neurálgico la ciudad amurallada de Chelva. Se extendían por el valle del río Turia y el valle del río Tuéjar. La baronía tenía como puntos fortificados el castillo de Domeño, el castillo de Tuéjar, el de Sagra, la torre de Castro y Chercol (actual Torrecilla de Chelva). Mientras que los principales núcleos de población eran Loriguilla, Calles y Sinarcas.

Fragmento del Mapa del Reino de València en el siglo XVII

No tardaron en estallar los conflictos económicos entre el señorío feudal aragonés y la pujante ciudad libre que comandaba el reino de València. El desencadenante fueron diversos pleitos por el pasto de ganado o por los impuestos a las maderadas que bajaban por el Turia hasta la capital. Todo ello desencadenó el inicio de las hostilidades. Los jurados que gobernaban la ciudad enviaron tropas que tomaron el control de Chelva, y lo mantuvieron entre 1395 y 1407. Delante del rey justificaron su agresión esgrimiendo el privilegio que les había otorgado el rey Juan I de Aragón, (Perpiñán, 1350-1396). En ese momento, por primera vez, la Serranía dejaba de ser aragonesa para pertenecer al Reino de València, coincidiendo con el inicio del siglo de oro valenciano.

 

La Contienda, Siete Aguas, Arxiu RMiB

Mas de Caballero

La primera referencia de este caserío se encuentra en el archivo de Requena, allí se conserva copia de las escrituras del amojonamiento que se realizó en 1401, para señalizar la frontera que transcurría desde el paraje de la Contienda (Siete Aguas), siguiendo por las tierras castellanas Requena y Moya, en ese momento Utiel era una aldea, y terminaba en el límite con Sinarcas. En ese momento el Mas de Caballero, era un punto intermedio de esa frontera difusa y alejada entre sierras. Para realizar el deslinde se contrataron unos hombres buenos representantes de las diferentes partes litigantes, que pactaron la frontera entre los tres reinos.

Felipe III de Aragón, IV de Castilla


La vida de esta zona quedó truncada con la expulsión de los moriscos que decretó Felipe III de Aragón y IV de Castilla (Madrid, 1578-1621), el 20 de agosto de 1609. Un tercio de los pobladores del Reino de València eran moriscos, y la corona decidió expulsarlos para evitar insurrecciones o que facilitaran la invasión del imperio otomano, que pretendía el dominio del Mediterráneo. La orden inicial se ensayó aplicándola en el reino de Valencia, se estima que unos 120.000 moriscos fueron embarcados y expulsados al norte de África. Este éxodo implicó una severa despoblación, mucho más acusada y dramática en las zonas rurales del interior. Las tierras y todas las posesiones que no se pudieron llevar consigo los proscritos, quedaban en poder de sus antiguos señores feudales.

Mas de Caballero, Arxiu RMiB


Para recuperar el pulso económico de estas tierras hubo que recurrir a la repoblación con cristianos, principalmente venidos del mismo reino, pero estos ocuparon las mejores tierras dejando baldíos los terrenos menos productivos. Después de un periodo que olvido, a mediados del siglo XVII, Mas de Caballero debió volver a ocuparse, prueba de ello es que una de las casas conserva un vetusto dintel labrado con un crucifijo, fechado en 1660.

Mas de Caballero, casa señorial, Arxiu RMiB


En la actualidad quedan restos visibles de unas veinte edificaciones. De la trama urbana de Mas de Caballero destaca la presencia de una gran casa señorial que tiene la fecha de 1902, marcada en una de sus puertas principales. En la parte trasera hay un gran jardín que debió contar con todo tipo de comodidades de la época, para disfrute de los señores del lugar. Junto a ella hay una iglesia de aparente estilo modernista que debió levantarse a principios del siglo XX, ese debió ser el momento de mayor apogeo.

Iglesia de Mas de Caballero, Arxiu RMiB


Del resto de casas de labor que acogieron a los trabajadores, establos y almacenes, destaca la presencia de un palomar, un pozo y un horno moruno. Entre los utillajes carcomidos y medio enterrados por las techumbres derruidas, se puede observar maquinaria agrícola de los años 50, colmenas de corteza de alcornoque y otras más modernas de madera. En otros espacios, todavía se reconocen de entre los escombros un lagar, depósitos para el vino, así como vetustos barriles para almacenarlo.

Palomar, tonel, colmenas y restos de Mas de Caballero, Arxiu RMiB


Estas tierras tienen un paisaje tipo mosaico, en el que las zonas abruptas están ocupadas por el pinar, mientras que en los llanos predomina el cultivo de cereal, con algunas tablas de oliveras y almendros. Ello favorece la presencia de una rica biodiversidad. Solo por señalar algunas de las aves se pueden encontrar citaremos al escribano montesino (Emberiza cia), herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), herrerillo común (Cyanistes caeruleus), zorzal charlo (Turdus viscivorus)  o el águila real (Aquila chrysaetos homeyeri).

 

Escribano montesino (Emberiza cia), Arxiu RMiB

Bibliografía

 Narbona, Rafael. (2019) “El dominio de Valencia sobre el vizcondado de Chelva (1395-1408): sobre la libertad de la ciudad y la libertad del reino. Edad Media. Revista de Historia, 2020, nº 21, pp. 229-255. DOI: https://doi.org/10.24197/em.21.2020.229-255

https://elspoblesvalenciansabandonats.blogspot.com/2010/11/el-mas-de-caballero-villar-de-tejas.html

https://www.requena.es/noticia/documento-del-mes-junio-amojonamiento-1401-entre-vizcondado-chelva-utiel

file:///E:/FOTOS%20VARIUS/MAS%20DE%20CABALLERO/Dialnet-ElDominioDeValenciaSobreElVizcondadoDeChelva139514-7637644.pdf

https://www.rutasjaumei.com/es/protagonistas-jaume-i/11-106/abu-zayd-el-despojado-rey-de-valencia-aliado-de-jaume-i.php

https://el-reino-de-los-valencianos.webnode.es/news/abu-zayd-de-potentado-almohade-a-magnate-cristiano-por-victor-manuel-galan-tendero/

 

Águila real, Arxiu RMiB

La Yesa y sus aves

 

Piquituerto común (Loxia curvirostra)

La Yesa es una antigua villa de la Serranía que ha pasó de ser tierra de rudos íberos a plaza que conquistó el Cid al reino de Taifas de los Banu Quasim y que, finalmente tomó Jaume I en 1236. En la actualidad es una villa de poco más de 200 valientes habitantes que se resisten a abandonar la tierra de sus antepasados ibero-moriscos. La mayor parte de ellos son jubilados, los pocos activos que quedan se dedican a la agricultura o trabajan en alguna de las múltiples minas a cielo abierto que son enormes cicatrices abiertas que degradan el paisaje de estas sobrias y elegantes tierras.

Esta población pertenece a la comarca natural del Alto Turia. Su término linda al norte con la aragonesa sierra de Javalambre. Este límite administrativo discurre por el alto de erosionadas y redondeadas cumbres, la mayor es el Alto de Sancho que alcanza los 1501 m  de altitud. Pertenece a la sierra del Sabinar, por desgracia en toda la cuerda se festonean enormes generadores eólicos que rugen como gigantes, su voz es similar a la de un motor de avión. En las desgastadas lomas crecen austeros bosques de pinos de Pinus sylvestris, Pinus nigra, sabinas rastreras (Juniperus sabina) y sabinas albares (Juniperus thurifera) que crecen sobre un suelo que es un infinito lecho de piedras meteorizadas. Más abajo en los valles llanos de tierras calizas, sobreviven algunos cultivos de secano.

El clima de la Serranía es tan adusto como sus gentes, a una fugaz primavera le sigue un verano de calor seco que agosta la tierra. Tras un breve interludio otoñal aparecen las heladas invernales que vuelven a adormecer la vegetación.

Las aves de la Yesa son tan sobrias y resilientes como sus gentes. En esta crónica repasaremos  las pequeñas aves que en otoño sobreviven en las alturas de su término, en las faldas del Alto de Sancho. La escasez de recursos provoca que haya bajas densidades de pájaros, lo que dificulta su observación, pero gracias a un aguardo fotográfico que ha montado Túria Hides se pueden espiar desde muy de cerca. Para atraerlas solo hay que facilitarles lo más preciado para ellas, una mínima pileta con agua permanente. Si además periódicamente les suministran un poco de grano, alguna uva o algún tenebrio, se consigue que este sea un rincón elegido por muchas especies, se convierte un imán para las afortunadas avecillas de la contornada. 


Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)

 

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)

A este pequeño alado de sólo 11,5 cm de longitud vive en los pinares, se le reconoce fácilmente por su erizado capirote. Es sedentario, se alimenta de pequeños insectos y semillas. En otoñó se convierte en un ave descarada que solo está preocupada por alimentarse. Fue la primera especie en acudir a buscar frutos o gusanos de la harina (Tenebrio molitor) que les regala el aguardo fotográfico. Llegué a observar hasta cinco ejemplares simultáneos, que bajaban al suelo, recogían un gusano y corrían raudos a refugiarse en las ramas de pino para comerlo con seguridad. Se basan en su vuelo espasmódico y nervioso, para evitar el ataque de predadores como el gavilán (Accipiter nisus)​​.


Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)
 

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)

Los pinzones son un poco más grande que los herrerillos capuchinos, alcanzan entre 14 y 16 cm de longitud. Por sus costumbres son como los gorriones de los pinares. En época de cría defienden pequeños territorios mientras que el resto del año se agrupan para deambular en busca de alimento. Visten un plumaje colorido que es más llamativo en los machos, destacan sus partes inferiores rojizas. Son omnívoros pero en el escondite fotográfico desprecian los granos y no hacen mucho caso de los tenebrios. Sin embargo diferentes grupos recorrieron toda la zona de la balsa buscando alimento, incluso algunos se detuvieron a beber.


Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)

  

Alondra totovía (Lullula arborea)

Alondra totovía (Lullula arborea)

Estas aves de 15 cm de longitud pertenecen a la familia de los aláudidos, es la misma familia a la que pertenecen las alondras, terreras y cogujadas. De ellas la totovía es la única que prefiere vivir zonas boscosas abiertas o en sus límites, por esa razón está presente en estas zonas altas de la Yesa. Se alimenta de semillas e insectos, en los alrededores del bebedero comió algunos gusanos, luego se relajó y descansó tumbada, a resguardo del fuerte viento de levante. Me llamó la atención que a diferencia del resto de aves que ante la menor señal de peligro levantaban el vuelo, las totovías plegaban su pequeña cresta, se apretaban al suelo y miraban con cara de susto al cielo. Confían que su plumaje críptico les permitirá pasar desapercibidas, si se quedan inmóviles y recostadas.


Alondra totovía (Lullula arborea)

 

Escribano montesino (Emberiza cia)

Escribano montesino (Emberiza cia)

Este paseriforme alcanza los 16,5 cm de longitud, tiene un colorido apagado que solo se torna llamativo en los machos durante la época de celo. Gustan de vivir en áreas boscosas abiertas y altas, por lo que la zona del Alto de Sancho es ideal para ellos. Entraron al comedero toda la mañana, con tranquilidad se dedicaron a engullir el grano que les proporciona un pequeño dispensador automático, evidentemente esta es una especie granívora.


Escribano montesino (Emberiza cia)

 

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)

Estas aves son más propias los roquedos aunque también frecuentan pueblos y caseríos, por lo que suelen ser más conocidas. Su longitud es de 15 cm, las hembras visten colores grisáceos y los machos son negruzcos, ambos sexos destacan por lucir una zona anal rojiza que sacuden incansablemente.  Se alimentan en el suelo, entre salto y salto se estiran erguidos para localizar  algún pequeño invertebrado. En el hide fotográfico anduvo toda la mañana una hembra que consumió algún tenebrio y bebió un pequeño sorbo, el resto del tiempo lo dedicó a vigilar y recorrer la zona, sin alejarse mucho de ella, allí tiene todo lo necesario para pasar el invierno.

 

Piquituerto común (Loxia curvirostra)

Piquituerto común (Loxia curvirostra)

Esta es un ave eminentemente forestal que suele ser difícil de observar, estos bebederos artificiales permiten poder disfrutarlos a placer. Dentro del grupo de los pequeños paseriformes estas son las aves más grandes, llegan a los 17 cm de longitud. Tienen un plumaje diferenciado por sexos y edad, los machos son rojizos, las hembras amarillentas y los jóvenes son de color gris oscuro. Se alimentan casi exclusivamente de piñones, aunque no desprecian otros frutos o insectos.


Piquituerto común (Loxia curvirostra)


Si se tiene la posibilidad de observarlos de cerca, enseguida llama la atención la forma y el tamaño de su pico. Para poder acceder a los piñones ha desarrollado una herramienta única, es ganchudo y poderoso. Pero lo más llamativo es que las dos mandíbulas se cruzan en la punta del pico, forman una pinza que les permite abrir las escamas de las piñas para poder acceder a los piñones con la lengua. Este tipo de comida seca es abundante pero les obliga a beber frecuentemente, por lo que se acercan muchos individuos a la pequeña pileta del escondite. Llegaban en grupos nerviosos, ya que cuando beben son vulnerables al ataque de algún gavilán, beben con fruición y se marchan tan rápido como llegan.


Piquituerto común (Loxia curvirostra)


Carbonero garrapinos (Periparus ater)


Carbonero garrapinos (Periparus ater)

Estas pequeñas avecillas de solo 11,5 cm de longitud viven en los pinares y son sedentarias. Tienen colores oscuros en el dorso y claros en la zona ventral. En ellos destaca su cabeza, relativamente grande que tiene un marcado contraste entre su capucha negra y el blanco níveo de las mejillas y de una estrecha franja situada en la coronilla. Se alimenta de pequeños insectos que prosperan en los brotes tiernos de las píceas, complementan su dieta con piñones y otros pequeños frutos. Son unos equilibristas que deambulan en las ramas y que pocas veces bajan al suelo, pero en el comedero no dudan en bajar para recoger algunas semillas.


Carbonero garrapinos (Periparus ater)

  

Carbonero común (Parus major)

Carbonero común (Parus major)

Ave muy parecida a su primo el garrapinos pero es más grande, llega hasta los 14 cm de longitud. Se diferencia porque prefiere vivir en lugares con recursos más variados, desprecia el pinar cerrado y gusta de habitar pueblos, jardines, huertos o campos mosaicos de diferentes cultivos. Visten un plumaje contrastado entre la cabeza negra y un dorso verdoso oscuro, respecto del vientre de amarillo vivo, atravesado por una franja negra que baja del babero al vientre. Pueden comer cualquier insecto que les quepa en la boca o frutos que puedan abrir con su pico afilado, con forma de estilete. Aunque la zona donde está el observatorio no les es muy propicia, como son muy adaptables han aprendido que aquí regalan frutos, por eso lo frecuentan. Sólo entró un macho que recogió  pequeñas pipas que abrió con habilidad mientras las sujetaba con sus pies.


Carbonero común (Parus major)

 

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Este es el pájaro carpintero más pequeño que tenemos en el interior valenciano. Era una especie que llegó a ser muy rara pero en los últimos veinte años se ha recuperado y vuelven a abundar en nuestras campiñas. Tiene una longitud de hasta 26 cm, su plumaje es un contraste de manchas negras y blancas, a las que añade unos semáforos de rojo vivo que visten en la nuca los machos y ambos sexos en la zona anal. Para vivir eligen bosques maduros donde puedan encontrar madera muerta en la que capturar larvas, no desprecia consumir otros insectos o en la otoñada frutos secos, piñones o bellotas, que pueden complementar en primavera con frutos. En el resguardo fotográfico de la ladera entró por separado una pareja, ambos bajaron a beber con ansia y se marcharon con rapidez.


Pico picapinos (Dendrocopos major)

 

Zorzal charlo (Turdus viscivorus)

Zorzal charlo (Turdus viscivorus)

Este túrdido es el más grande de su familia en Europa, alcanza los 29 cm de longitud. Su plumaje es pardo grisáceo en el dorso en contraste con el vientre blanquecino-amarillento, salpicado de motas oscuras. Para vivir elige zonas boscosas hasta los 2000 m de altitud. Comen insectos de todo tipo, frutos y semillas. Es un ave tímida porque sufre mucha presión con la caza, por tanto es muy difícil poder observar bien. Por ello es ideal poder sentarse detrás de un espejo espía y observarlo como engulle tenebrios, sin dejar de vigilar nerviosamente su entorno. Esa mañana entraron dos ejemplares que con el plumaje otoñal estaban preciosos. 


Zorzal charlo (Turdus viscivorus)


Mirlo común (Turdus merula)


Mirlo común (Turdus merula)

El mirlo es una de las aves más adaptables y por tanto más abundantes. Tiene un tamaño mediano con sus hasta 25 cm de longitud. Tiene un plumaje inconfundible de un negro brillante que adornan con picos y ojeras de un amarillo anaranjado muy llamativo. Pero también podemos observar ejemplares jóvenes de un exclusivo luto y hembras con un marrón oscuro generalizado. Es una especie que además tiene un canto melodioso que llena las noches de pueblos, jardines, campos y bosques. Además cuando con nuestro paseo sorprendemos alguno, se levanta con un cacareo estruendoso que delata nuestra presencia al resto de especies. En época de cría gusta de rascar el suelo en busca de insectos y lombrices, esto incluye que puede escarbar nuestros tiestos, desparramando la tierra y tallos por balcones y terrazas. En otoño prefiere consumir frutos y semillas. En el aguardo fotográfico de la Yesa no se presentó ninguno el primer día y el segundo lo frecuentó un mínimo de cinco de ejemplares distintos.


Verderón serrano (Carduelis citrinella)


Verderón serrano (Carduelis citrinella)

Estas aves son similares a los conocidos verderones y verdecillos, pero se reproducen en los límites de los pinares, los más próximos a  las cumbres de nuestras montañas, por tanto alejadas de la vista de la mayoría. Solo en invierno deben bajar de las crestas para encontrar alimento en nuestras sierras y campos del interior, como los de la Serranía o del Altiplano de Utiel-Requena. Tienen un tamaño de 12 cm y visten una combinación de verde, gris y amarillo. En España sobrevive el grueso de su población mundial que también se distribuye en las zonas altas de centro Europa, buena parte de ellos vienen a pasar el invierno a nuestras latitudes. Se alimentan de una amplia variedad de semillas, incluidos piñones. Al aguardo solo se acercaron para beber, algún individuo solitario o en pequeños grupos de hasta cinco individuos. 


Verderón serrano (Carduelis citrinella)


Acentor común (Prunella modularis)

Este pequeño paseriforme es un amante de la espesura, no le gusta quedar expuesto al sol, prefiere pasar desapercibido en la sombra. Tiene hasta 14 cm de longitud y su plumaje es una mezcla críptica de tonos marrones y un azulado grisáceo, salpicado de motas oscuras, por tanto es ideal para camuflarse en la vegetación. En nuestra zona es un ave exclusivamente invernante que llega desde los países centroeuropeos, las aves reproductoras del norte de la Península Ibérica son sedentarias. Es un ave insectívora que en el escondite fotográfico consumió algún tenebrio pero prefería deambular por el suelo al amparo de los romeros en busca de pequeños insectos, aunque también se acercó a beber, eso sí en la sombra. ¡No es amigo de los focos!


Acentor común (Prunella modularis)


Este es un pequeño resumen de dos jornadas otoñales escondido en el aguardo observando y  fotografiando aves, el 23 de octubre y el 4 de noviembre de 2022. Es muy recomendable acceder a uno de estos hides fotográficos para poder observar y fotografiar las tímidas aves de nuestros bosques y montañas. Si el naturalista es capaz de olvidarse de las aves raras o de las grandes y espectaculares, si el aficionado a la fotografía relega el estrés de conseguir la foto ideal, de la especie magnífica, con la pose y el fondo soñados, es cuando el amante da la naturaleza puede disfrutar de la cercanía de unas aves que aunque generalmente son comunes, también son esquivas. Sentado en silencio se puede admirar con detalle desde la belleza del plumaje críptico de la totovía, la espectacular cresta del capuchino removida por el viento, hasta los movimientos nerviosos de un zorzal




Estos son solo pequeños ejemplos de los innumerables detalles con los que podría extender esta crónica, intentado describir la belleza de las aves comunes del interior valenciano, pero como estamos en tiempos de imágenes impactantes y poca prosa, será mejor dejar aquí este pequeño relato ilustrado. Solo me resta dar las gracias a Salva Llavata y a Raúl de Turia Hides.

 

Referencias y bibliografía:

https://www.turiahides.com/

Mateo, G., Gómez, C. (2003). “Adiciones al catálogo de flora de las comarcas valencianas de los Serranos y Ademuz, I. Flora Montiberica 24: 19-26 (IX-2003)

https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/121337/1/CuadBio_62_01.pdf

 

Texto y fotos de Rafa Muñoz, 2022.

Aves en la presa de Contreras

 

Treparriscos (Tichodroma muraria) en Contreras en octubre de 2019

Otro año más se había vuelto a ver un treparriscos durante la invernada en la presa de Contreras, entre los términos de Villargordo del Cabriel i Minglanilla, Cuenca. Este año lo encontró Iván Moya el día 25 de octubre, yo me acerqué el día 30 y ya no lo encontré. Este año se ha adelantado dos días respecto a 2019, ya que el año pasado lo vimos el 27 de octubre.


Collalba negra (Oenanthe leucura) 


Esa jornada encontré allí Cabra montés (Capra pyrenaica), Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros). Una pareja de Collalba negra (Oenanthe leucura), el macho exhibe la cola abierta en abanico delante de la hembra y un joven del año de Escribano montesino (Emberiza cia).


Escribano montesino (Emberiza cia)


Otras especies de esa mañana fueron el Estornino negro (Sturnus unicolor), Herrerillo común (Cyanistes caeruleus), Lavandera blanca (Motacilla alba), Mirlo común (Turdus merula), Paloma bravía doméstica (Columba livia domestica), Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) y un macho de Roquero solitario (Monticola solitarius).


Roquero solitario (Monticola solitarius)


ENTRADAS SOBRE EL TREPARRISCOS EN ESTE BLOG Y EN QUADERN DE NATURA

 

http://svorequenautiel.blogspot.com/2019/10/ya-ha-llegado-el-treparriscos-requena.html

http://svorequenautiel.blogspot.com/2018/12/treparriscos-en-contreras.html

http://svorequenautiel.blogspot.com/2015/01/censo-de-aves-acuaticas-invernantes-en.html

http://svorequenautiel.blogspot.com/2014/01/xiv-censo-de-aves-acuaticas-invernantes.html

http://svorequenautiel.blogspot.com/2011/04/treparriscos-en-los-cuchillos.html

http://svocuadernocampo.blogspot.com/2010/03/treparriscos.html

http://svocuadernocampo.blogspot.com/2009/02/treparriscos-en-puertomingalvo-teruel.html

http://svorequenautiel.blogspot.com/2008/04/un-treparriscos-en-chera.html

 

Texto y fotos de Rafa Muñoz.