CELO DEL ÁGUILA REAL


Empieza el ciclo reproductor de una de nuestras más valiosas especies de aves: el águila real Aquila chrysaetos. En una visita reciente a uno de los territorios ocupados por la más grande  de las águilas comarcales se pudo comprobar cómo la pareja residente presentaba la típica actitud de celo.

Concretamente los individuos que formaban la pareja presentaban unos plumajes que sirvieron para asignarles una edad de adulta para la hembra y subadulto (cuatro años aproximadamente para el macho).  La temporada pasada no llegaron a ciar, quizás por el estatus aún no reproductor del individuo masculino, pero sí que regentaron su territorio, en cierta zona del valle del río Cabriel.



  Foto de Juan Carlos Ibáñez / Fons fotogràfic de la SVO


Ambos ejemplares volaban juntos, se posaban continuamente en el cantil que probablemente usen cono lugar de nidificación, chillaban típicamente e incluso realizaban un vistoso vuelo de celo lleno de acrobacias. En un momento dado el individuo macho arrancó una rama de un pino ante la hembra y la hizo muy visible en un vuelo posterior. Todo ello ante los magníficos paisajes de un espacio declarado como ZEPA (Zona de Especial Importancia para las Aves) y que forma parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea, precisamente por albergar una óptima población de especies de aves de interés comunitario como el águila real.

                                                     
Foto de Javier Armero / SVO


Desgraciadamente,  ya pesar de la protección sobre el papel de este espacio natural, también considerado como Lugar de Interés Comunitario y Parque Natural, no son pocas las amenazas que se ciernen sobre este tipo de especies y que son, en muchas ocasiones, obviadas y olvidadas por las administraciones pertinentes.  Ello trae consigo que aquí se pierdan muchas temporadas de cría para aves como el águila real, bien por abandono de las puestas por injerencias humanas o bien por ni siquiera iniciarlas debido a la alteración de la tranquilidad y la calidad del hábitat que ocupan.  

Esperemos que esta pareja de águilas, que pone una nota de vivacidad en esos rincones de naturaleza salvaje que quedan en Requena-Utiel, lleve adelante su proceso reproductor y contribuya a mejorar a una población de águilas no exenta de problemas.

JAVIER ARMERO IRANZO

ENCONTRADA UN ÁGUILA PERDICERA HERIDA



Lunes 17 de febrero.

El lunes se localizó un ejemplar herido de águila perdicera Aquila fasciata en la comarca de Requena-Utiel. Concretamente se trataba de un individuo macho de edad subadulta que se encontraba en un paraje del término municipal de Utiel.

Aparentemente no presentaba heridas de consideración y fue llevado al centro de recuperación de fauna salvaje de El Saler (Valencia) dependiente de la Generalitat Valenciana y que muy posiblemente pueda ser liberado en el medio natural en las próximas fechas. No se sabe con certeza las causas de su situación.


Desgraciadamente hechos como este no son raros en nuestra comarca. Se adjunta una tabla donde se recogen los registros obtenidos de águilas perdiceras que han entrado en el citado centro de recuperación en los últimos años. 

Registro de entradas de águilas perdiceras (Aquila fasciata) en el Centro de Recuperación de Fauna La Granja de El Saler (Valencia). Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Del 1 de enero de 2000 al 15 de noviembre de 2013.

Fecha
Localidad
Sexo
Edad
Entra muerto
Causa de entrada
25-03-2008
Requena
H
Subadulto
Ahogamiento en balsa de incendio
15-09-2009
Requena
-
Adulto
No
Disparo
29-12-2011
Utiel
H
Juvenil
Electrocución
08-03-2012
Requena
M
Adulto
Electrocución
03-04-2013
Requena
M
4º año
Indeterminada
10-05-2013
Sot de Chera
M
Adulto
No (muere 2 días después)
Disparo

Como se puede comprobar, la situación de esta valiosa especie en nuestra demarcación todavía dista mucho de considerarse en condiciones aceptables, ya que distintas problemáticas afectan a su viabilidad.
Esperemos que episodios como el que acaba de ocurrir no se repitan en el futuro.

JAVIER ARMERO IRANZO

AVES SEDENTARIAS E INVERNANTES EN REQUENA.

Requena, 8 de febrero de 2014.

 Restos de las antiguas dehesas comarcales, en La Portera.


Día lluvioso y con fuertes vientos de poniente pero había quedado con Antonio Moya de Radio Requena para grabar una entrevista para su programa matinal, después de la agradable charla sobre pájaros, nuestros ecosistemas y la problemática de conservación en la comarca he aprovechado las últimas luces para ver las aves que se refugiaban en la balsa del Pontón.

Triguero (Miliaria calandra).


50  ánade real o azulón (Anas platyrhynchos), 1 cormorán (Phalacrocorax carbo), 5 machos de porrón europeo (Aythya ferina), una pareja de ánade friso (Anas strepera), 7 focha (Fulica atra), 3 gallinetas (Gallinula chloropus), 15 zampullín chico  (Tachybaptus ruficollis) y 3 avefría (Vanellus vanellus) se escondían del fuerte viento en la orilla más resguardada. Ha llegado una moto de motocross, a toda velocidad ha recorrido toda la verja exterior de la balsa con un tremendo ruido, ha espantado a todos los patos cuando ya era casi de noche. Con ese frío y fuerte viento han tenido que dar una pequeña vuelta y volver a posarse. El cormorán ya no ha vuelto habrá tenido que buscar refugio con la noche cerrada. Ese tipo de actitudes son las que perjudican a las aves, ¡señor motorista piense un poco! tiene mil pistas como estas para correr y allí no perjudicará aves protegidas en un día de perros.

De estas anátidas el azulón, la focha, la gallineta y el zampullín son especies sedentarias, podemos encontrarlas todo el año y se reproduce nen la comarca. El porrón, el friso son aves en paso migratorio, solo estarán unos días. Las avefrías son invernantes, todos los inviernos una pocas se quedan aquí, dentro de poco volverán al norte de Europa a reproducirse. 


 Totovía (Lullula arborea)




Requena, 9 de febrero de 2014.

 Campos de cereal en La Portera, Requena.


A pesar de las previsiones de más lluvia y similares vientos la mañana ha amanecido con algún rayo de sol entre nubes plomizas y solo con una ligera brisa. En estas condiciones las aves quieren olvidar el invierno y sueñan con una primavera donde copular y sacar adelante sus polladas.


Cogujada común (Galerida cristata)

En los campos próximos a La Portera he podido observar como los trigueros (Miliaria calandra) empezaban a exhibir sus cantos desde lo alto de los arbustos. En los campos de cereal donde empiezan a asomar las cebadas se alimentaba un grupo de totovía (Lullula arborea) cerca de dos parejas de cogujada común (Galerida cristata). Estas aves poco llamativas recorren incansables los campos comiendo todo insecto que se les cruce por delante. Las cogujadas cuando se acercaba mucho algún macho vecino les saltaban encima para alejarlo de su compañera, la pareja es algo serio e intransferible para estos sobrios capuchinos. No muy lejos graznaba una corneja negra (Corvus corone) para mantener contacto con su familia, hasta que no empiecen a incubar tendrán cerca a sus hijos del año pasado y en grupo recorrerán estas antiguas dehesas.


 Cogujada común (Galerida cristata)


Otras especies sedentarias, que viven todo el año aquí, como las anteriores han sido un bando de 50 jilguero (Carduelis carduelis), acompañados de 20 pardillos (Carduelis cannabina) que se alimentaban en un barbecho lleno de cardos. Dos arrendajo (Garrulus glandarius) y dos zorzales charlo (Turdus viscivorus) se han levantado a mi paso de unas viñas para buscar refugio en el pinar. Más de 50 estornino negro (Sturnus unicolor) rebuscaban en un emparrado algún reseco grano de uva olvidado por la cosechadora.


Corneja negra (Corvus corone) 


Un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) oteaba alguna presa posado en lo alto de una torre de alta tensión. Más humildes un macho de tarabilla común (Saxicola torquatus) y uno de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) elegían como posadero los mástiles de un vallado cinegético que en este caso está para proteger la viñas de los ciervos (Cervus elaphus). Estas últimas avecillas aunque también se reproducen aquí y por tanto son sedentarias, ahora en invierno se les unen congéneres europeos y son más abundantes que en verano.

Totovía (Lullula arborea)

Después tras un breve recorrido dirección Requena, por el Collado Calera, he llegado a unas laderas boscosas y umbrosas. Por una senda he hecho un recorrido circular. Más que ver he oído a nuestras aves residentes de zonas boscosas, un grupo de mito (Aegithalos caudatus) acompañados de carbonero garrapinos (Parus ater). Unos metros más una curruca rabilarga (Sylvia undata) se escondió dentro de una coscoja.

 Cogujada común (Galerida cristata)


Llegué al objetivo del recorrido, una antigua cantera y cuando me acercaba le levanto una escasa joya cada día más escasa, una pareja de paloma zurita (Columba oenas). De otros habitantes de esta cuevas solo encontré plumas de búho real (Bubo bubo) y como sorpresa final  pude ver la huellas, huras y cagarruteros de una familia de tejones (Meles meles), ellos dentro de sus huras en estas canteras esperan el anochecer para iniciar sus correrías en busca de cualquier cosa comestible.


 Pluma de búho real (Bubo bubo).



Para finalizar la jornada terminé en El Pontón, a las anátidas de ayer añadir (Tringa ochropus) un limícola que no se reproduce aquí aunque casi todo el año podemos verlo patrullando las orillas de la balsa junto a una especie residente, lavandera blanca (Motacilla alba) y otra especie similar pero invernante el bisbita ribereño alpino (Anthus spinoletta).

Tejones (Meles meles).

Texto y fotos: Rafa Muñoz 2014.