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Imágenes naturales, julio 2024

 

El Carrascalejo

Con el calor las horas hábiles para el naturalista se reducen, se limitan a las tres primeras desde el orto y a las tres últimas antes del ocaso. Esto reduce las posibilidades de observar la fauna y mucho más de poder fotografiarla.


Barranco de Hórtola

La Portera

Aun así algunos paseos por diversos parajes próximos a La Portera me han deparado algunas observaciones e imágenes interesantes.

Chotacabras cuellirrojo


El día 5 sorprendí un Chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis) descansando en medio de una pista de la Cañada del Churro.


Águila real

Dos días más tarde, en el mismo lugar patrullaba los cielos un águila real (Aquila chrysaetos homeyeri) y también encontré un escarabajo pelotero de bosque (Anoplotrupes stercorosus).


Escarabajo pelotero de bosque (Anoplotrupes stercorosus)


Esa misma jornada por los Cañones del río Magro, a falta de otras especies más grandes, localicé libélulas como el Onychogomphus forcipatus o el Platycnemis latipes.


Onychogomphus forcipatus


Platycnemis latipes


Flor de la zarza (Rubus ulmifolis)


Las espinosas zarzas o zarzamora (Rubus ulmifolius) lucen sus bellas flores, mientras con su crecimiento invasivo van cerrando el paso a las sendas olvidadas que hay junto al cauce. Incluso me planteo que la próxima vez que vuelva tendré que sacar del baúl un gran machete sudamericano, de los que gastan para poder andar por las selvas.


Tórtola europea


En Hórtola el día 14 me alegró la mañana una pareja de la cada vez más escasa tórtola europea (Streptopelia turtur).

Talayuelas


Halcón de Eleonora


Los halcones de Eleonora (Falco eleonorae) no faltaron a su cita anual en la laguna de Talayuelas, el atardecer del día 6.


Cañones del Magro
 

Texto y fotos de Rafa Muñoz

Cinto de los Vencejos, río Magro


¿Plaga de langostas en Requena?

Calliptamus italicus en los Pedrones, julio de 2024.

 

Julio de 2024

La definición de plaga es la de cualquier ser vivo que es perjudicial para el ser humano y efectivamente la abundancia de saltamontes en las campiñas del sudeste de Requena están afectando a los cultivos. Otra cosa son las connotaciones que todos tenemos del término plaga, que asociamos a un proliferación enorme de seres vivos que eliminan todo lo comestible que se cruce en su camino. Todos tenemos en nuestro imaginario las plagas bíblicas de langostas que mandó el Dios de los Judíos para provocar la hambruna del imperio egipcio o la temible marabunta, un ejército fílmico de hormigas asesinas.

Después de visitar las campiñas de los Pedrones, la Portera y el Campo Arcís mi impresión es que ninguna de los dos significados son apropiados para definir lo que está ocurriendo este inicio del estío. En algunos lugares hay muchos saltamontes pequeños, de un color terroso y muchos tienen tonos rojizos en el abdomen y en las alas. La vegetación y los cultivos no están en su mejor momento pero creo que más por la sequía que por la voracidad de los pequeños saltamontes. En parcelas de viña donde no se ve ningún saltamontes las uvas están pequeñas y los racimos un poco más avanzados presentan uvas doradas, como si estuvieran tostadas, contrastando con las uvas verde claro que esperan la maduración normal.

Uvas con desarrollo normal en los Pedrones, julio 2024.

Es lógico que algún agricultor con daños haya levantado la voz de alarma al comprobar que a su paso levanta muchos saltamontes, pero yo no he visto ni grandes concentraciones en áreas extendidas ni daños generalizados. Una alzada la alarma lógica por parte de los afectados ha entrado en funcionamiento el altavoz mediático que siempre está ávido de servir noticias sobre catástrofes. Así la prensa de estos días ha publicado que agricultores de Requena han solicitado medidas para el control ante la irrupción de “millones” de saltamontes. Aseguran que estos insectos están causando daños importantes en los viñedos, porque se comen las hojas debilitando las plantas en un momento que están empezando a desarrollar las uvas.

Para aumentar la alarma añaden que los labradores aseguran que no habían visto nunca esta proliferación de langostas y se quejan que ya tienen que padecer una amplia variedad de grandes mamíferos como cabras montesas, corzos o muflones que comen los tallos tiernos de las viñas. No se han preocupado en hacer una breve búsqueda para comprobar que estos bandos numerosos de ortópteros no son excepcionales en áreas próximas, como en Aragón y no hace mucho, en 2009 ya se detectó una gran concentración de estos insectos en el vecino Valle de Ayora. Pero dejemos a un lado el sensacionalismo e intentemos entender este fenómeno poco frecuente en la comarca de Requena-Utiel.

Estos insectos que pertenecen al orden de los ortópteros se detectaron por primera vez en Los Pedrones y se han ido expandiendo por los parajes próximos llegando el Campo Arcís. Las zonas más afectadas son las viñas adyacentes a las zonas forestales, a parcelas de cereal u olivo. Los técnicos de Sanidad Vegetal que visitaron las zonas afectadas, capturaron muestras que la Universitat Politècnica de València ha identificado como pertenecientes a tres especies diferentes: la que tiene mayor presencia es Calliptamus italicus, pero también les acompaña en menor número la langosta mediterránea (Dociostaurus maroccanus) y Dectius albifrons que se caracterizan por ser más grande y tener unas antenas muy largas.

Área en los Pedrones con alguna concentración de saltamontes en julio de 2024 

Calliptamus italicus es un pequeño saltamontes que tienen un tamaño que oscila entre los 14 y 26 milímetros en los machos, las hembras son más grandes y alcanzan los 40 milímetros. Su coloración es muy variable pero es característico el tono rojizo de sus alas que se percibe con claridad cuando alzan el vuelo. Habitan en pastizales arenosos con escasa cobertura vegetal donde se alimentan principalmente de plantas herbáceas y gramíneas, que pueden complementar con pequeños insectos. En general estas familias de insectos se presentan entre mediados de mayo y octubre. A principios de julio todos los individuos suelen ser adultos alados y en esta fase son muy resistentes a los tratamientos insecticidas, además tienen la capacidad de alejarse volando.

Su época de reproducción es entre finales de agosto y principios de septiembre. Los adultos a modo de reclamo nupcial emiten unos sonidos característicos que provocan al friccionar las mandíbulas que suelen acompañar con el ruido que resultante al rozar convulsivamente el fémur posterior con las alas y el abdomen. Realizan las puestas constan entre 25 y 55 huevos que van protegidos por una bolsa u ooteca, que entierran a unos 5 cm de profundidad en el suelo, cada temporada depositan entre 2 y 4 “canutos” en campos de cereal sin recolectar. Las ninfas no eclosionan hasta la primavera siguiente, las larvas tienen seis estadios de desarrollo antes de llegar a la fase adulta.

Espiga de cereal en los campos afectados por los saltamontes de los Pedrones, julio 2024

Estos insectos tienen periodos que suelen durar dos años en los que se presentan en números bajos, suelen intercalar una fase en la que se agrupan formando grandes enjambres, esto suele coincidir con primaveras muy cálidas y seca, en barbechos y pastos con abundante suelo desnudo. En este periodo gregario cuando escasea el alimento pueden realizar migraciones volando alto y alejándose hasta 100 km.

Los técnicos recomiendan hacer un seguimiento para detectar la eclosión de las larvas para realizar un tratamiento químico. Las fumigaciones que permiten controlar su número se realizan con formulaciones de lambda cihalotrin o deltametrina, el malatión y el fenitrotión. Estas sustancias que pertenecen al grupo de los piretroides y están autorizadas para controlar los ortópteros, suelen utilizarse pulverizando manualmente un diluido de 5 litros de producto por hectárea.

 

Calliptamus italicus en los Pedrones, julio de 2024.

Fuentes y referencias:

1/7/24. Millones de langostas invaden las viñas de Requena

https://www.phytoma.com/noticias/noticias-de-actualidad/millones-de-saltamontes-invaden-los-vinedos-de-requena

9/7/24. El calor favorece la proliferación de saltamontes en Requena

https://www.phytoma.com/noticias/noticias-de-actualidad/el-calor-favorece-la-proliferacion-de-saltamontes-en-requena

https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf_plagas%2FBSVP-19-03-Adenda-001-011.pdf

https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/Biblioteca/Revistas/pdf_plagas%2FBSVP-28-02-185-192.pdf

https://www.wikiwand.com/es/Calliptamus_italicus

https://www.avaasaja.org/index.php/de-interes/tratamientos/item/10376-nota-informativa-de-la-conselleria-sobre-la-presencia-de-saltamontes-en-requena

Cielos grises, el silencio y un halcón

Halcón peregrino


Requena 11 de febrero 2024

Seguimos con un invierno suave pero muy seco y eso se nota en la naturaleza de la comarca de Requena-Utiel. Hacía muchos días que no me perdía dentro de los cañones del río Magro a su paso por el término de Requena y aproveché esa mañana para comprobar su pulso natural.

Los pinares nunca han sido lugares con mucha biodiversidad, además la que hay es esquiva y cuesta observarla dentro del bosque. Sin embargo, si se camina en silencio se suele escuchar el canto de las pequeñas aves de la foresta, pero esa mañana gris todo era un inmenso silencio a pesar de caminar un largo kilómetro a orillas del río. El primer signo de vida fue el canto de un pinzón (Fringilla coelebs), con suerte y paciencia pude observar otro individuo unos metros más adelante, y… de nuevo el silencio.

Requena, río Magro, Arxiu RMiB

Cuando la pista abandona el pinar cerrado al acercarse al cauce del Magro que discurre a la izquierda y mientras a la derecha se alzan unos enormes cortados calizos, de repente una sombra en lo alto del cantil delató un halcón peregrino (Falco peregrinus brookei) cuando se lanzaba al vacío.

Buen seguro que se alejó molesto por mi presencia, un humano aunque camine en silencio es tan ruidoso que espanta todas sus posibles presas que en invierno tampoco abundan. Solo tuve tiempo de observarlo unos breves instantes antes de perderlo de vista, pero fueron suficientes para enfocarlo con los prismáticos y poder identificar su inconfundible silueta. La rapaz voló por encima del roquedo y desapareció, creo que para perderme de vista.

Pito ibérico, Arxiu RMiB

Curiosamente, en ese instante en el bosque resonó una estruendosa risotada, era el “relincho” de un pito ibérico (Picus sharpei) que probablemente se alegraba de la marcha del halcón, porque cuando la rapaz está inmóvil en su posadero se convierte en una amenaza para todas las aves.

Avanzaba la mañana y al cielo gris se le sumó el viento, el silencio volvió a envolver las cárcavas del río Magro. Alguna avecilla osó dejarse ver, un par de zorzales (Turdus viscivorus) y (Turdus philomelos). De nuevo el silencio hasta que lo rompió el mirlo (Turdus merula), es el vigilante del bosque que generosamente lanza su grito de alarma para avisar a todo el bosque de mi presencia. Sin dejarse ver oí el reclamo de contacto de un grupo de mitos (Aegithalos caudatus), ellos se dedican a vagar entre las ramas de los pinos rebuscando pequeñas golosinas en forma de pulgones y ácaros que prosperan en las yemas tiernas de los pinos.


Halcón peregrino, Arxiu RMiB


De regreso a la aldea, en lo alto de un majano agitaba su cola un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) tan gris como la mañana. Más delante, en un pequeño charco en medio de la pista rodeado por  viñedos dormidos bebía nervioso un grupo jilgueros (Carduelis carduelis), pardillos (Linaria cannabina mediterranea) y verdecillos (Serinus serinus).

Son solo unos breves momentos de contacto con la esquiva biodiversidad de estas tierras en invierno, pero en realidad el naturalista agradece la soledad de la naturaleza salpicada de esos breves contactos con las aves. A pesar de vivir un invierno fallido sin heladas, los cielos cubiertos y las jornadas ventosas se empeñan en mantener adormecidas las campiñas del interior valenciano para recordarnos que seguimos estando en los meses fríos.

 

Texto y fotos de Rafa Muñoz, Arxiu RMiB. 

Invierno en los cañones del río Magro, Requena, Arxiu RMiB


Un tasón (tejón) atropellado


Arxiu RMiB


El domingo 5 de noviembre encontré un tejón común (Meles meles) atropellado en la N-330, en las inmediaciones de La Portera, Requena. Se trata de un mamífero de la familia de los mustélidos, un simpático omnívoro, un robusto excavador que recorre su territorio buscando frutos y pequeños animales para alimentarse, principalmente insectos. Mide hasta los 80 cm de largo, a los que añade una pequeña cola de como máximo 20 cm. Como mucho alcanzan los 15 kg de peso, tiene patas cortas y fuertes, acabadas en unas poderosas uñas que utiliza para cavar. Su cabeza es alargada, rematada con orejas cortas y posee un hocico alargado que esconde  su mejor sentido, el olfato. Viven hasta 15 años, formando grupos familiares regidos por una hembra y el macho dominantes. El centro de su territorio es la tejonera, en una hura que excavan ellos mismos.

Hay que recordar que la N-330, entre el límite con el término de Cofrentes y El Pontón rodea el parque natural del Cabriel, por tanto en sus proximidades se esconde mucha biodiversidad, lo que provoca continuos atropellos o incluso graves accidentes cuando los vehículos colisionan con animales más grandes como son los jabalís, ciervos y corzos. 

Desde estas líneas rogamos que en zonas rurales se circule despacio, sobretodo en horas nocturnas y crepusculares que son en las que están más activos los grandes mamíferos. También hay que extremar la precaución en las primeras horas de los días más frescos, entonces es frecuente que entren al asfalto culebras y lagartos para calentarse, debido a que son animales de sangre fría y necesitan alcanzar determinada temperatura para poder realizar sus ciclos vitales.

Para evitar graves accidentes o simplemente atropellar animales valiosos y escasos, hay que intentar circular con velocidades bajas en estos lugares con mucha biodiversidad. Siempre que la maniobra no implique riesgos para el vehículo, hay que intentar esquivar a los animales con los que nos crucemos.

Los naturalistas i científicos están convencidos que se debería reducir la velocidad permitida en estos tramos. Además de aumentar la señalización específica sobre la fauna, habría que construir de fauna y vallados para dirigir a la fauna hacia esos puntos de cruce seguros. Con un poco de sensibilidad por parte de todos podemos facilitar la riqueza natural, una riqueza que nos beneficia a todos.

 

Dibujo del estudio de la CODA, 1992 

Atropellos de fauna

Las infraestructuras y especialmente las carreteras ejercen una presión sobre las poblaciones faunísticas. Los atropellos suponen muchas bajas en poblaciones exiguas, además provocan la fragmentación de los hábitats necesarios para el mantenimiento de muchas especies. Una carretera afecta a los comportamientos, muchas especies las eluden o modifican su comportamiento frente a ellas y al tráfico rodado.

Estas infraestructuras viarias ejercen un efecto barrera, que es mayor cuanto más anchas son estas vías, además soportan una mayor velocidad del tráfico, aumentando el ruido y la contaminación lumínica. Por desgracia todavía abundan los comportamientos incívicos de arrojar basura desde las ventanillas, los arcenes y las áreas de descanso se convierten en basureros.

Resumiendo las principales afecciones: las carreteras provocan una pérdida de hábitat, generan un efecto barrera, un aumento de la mortalidad por atropellos o colisiones, provocan molestias sonoras y lumínicas, además de contaminación por basuras, aceites, restos de neumáticos, por último crean modificaciones en los márgenes de las vías como son los taludes, los desagües, las señales reflectantes, además de los vallados y quitamiedos.

 

Mochuelo atropellado, Arxiu RMiB

¿Cuántos animales mueren en las carreteras?

Según un estudio sobre la mortalidad realizado por la Sociedad de Conservación de Vertebrados entre enero de 1990 y julio de 1992, comprobaron la muerte por atropello de 43.505 vertebrados en 60.604 km, lo que implicaba la colisión mortal de 0,7 animales por kilómetro, en sólo 22 meses (Rosell et al., 2003).

Otro trabajo con una duración de seis meses, realizado en la Albufera, la Marjal de Pego-Oliva y las Salinas de Santa Pola entre 2007 y 2008, detectó la mortalidad de 511 aves pertenecientes a 61 especies diferentes, 231 mamíferos de 16 especies, 103 reptiles de 9 especies y 29 anfibios de 2 especies. Los datos eren preocupantes al demostrar que en estos parques naturales valencianos morían un total de 874 vertebrados, pertenecientes a 88 especies diferentes (Ballester, 2008). Este mismo estudio concluía que con medidas como la señalización, la reducción de la velocidad permitida, la mejora de los cerramientos, así como la colocación de badenes o bandas sonoras para reducir la velocidad se disminuía el número de atropellos.

Como no todos los grupos animales utilizan de la misma forma el medio, para especies como los anfibios es muy importante la construcción de cerramientos y la construcción de pasos específicos. También se comprobó que favoreciendo la existencia de una franja de vegetación de más de 2 metros en los márgenes de las vías se reducía significativamente la mortalidad de las aves, porque tienden a cruzar volando por encima de ella, evitando así la colisión con la mayoría de los vehículos.

Un ejemplo más, una recopilación de datos estandarizados de mortalidad de fauna realizada por el proyecto LIFE LINES en Portugal, recogió hasta septiembre de 2019 un total de 93.117 atropellos, repartidos de la siguiente forma, 21.315 aves, mamíferos 16.085 y anfibios y reptiles un total de 12.987 ejemplares. Todas estas cifras demuestran la gravedad de este problema, así como la necesidad de tomar medidas para mitigar los atropellos de fauna.

 

Señal avisando la presencia de linces en Ándujar, Arxiu RMiB

Siniestros de tráfico provocados por la fauna y responsabilidades

En ciertas áreas, la presencia de las especies más grandes se puede convertir en un grave riesgo para los conductores. En las carreteras catalanas, entre 2013 y 2017, la policía de tráfico contabilizó un total de 7.795 accidentes graves por colisión con la fauna silvestre. Principalmente estaban provocados por jabalís y corzos. Datos similares se obtuvieron entre 2007 y 2014 en las carreteras asturianas, donde se produjeron 6.377 accidentes por colisiones, la gran mayoría con jabalís (60,36 %) y con corzos (29,95 %).

La siniestralidad provocada por el atropello de grandes mamíferos es muy grave, solo en 2018 la DGT constató un total de 599 grandes accidentes provocados por colisiones con animales silvestres, en vías interurbanas. Estos siniestros provocaron heridas de diversa consideración a 1000 personas, 58 de ellas necesitaron ingreso hospitalario y 10 fallecieron.

Respecto de la responsabilidad de estos accidentes, desde la publicación de la Ley 6/2014, de 7 de abril, que impuso el lobby de los cazadores, la responsabilidad del accidente por atropello o choque ocasionado por una especie cinegética es del conductor. El conductor es el responsable de los daños provocados a personas o bienes, aunque no se les puede reclamar el valor de los animales que irrumpan en las carreteras. Existen solo dos excepciones donde no hay responsabilidad del conductor, cuando el atropello del animal sea como consecuencia directa de una acción de caza colectiva, de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes, en ese caso el responsable es el propietario del terreno cinegético.

Además cuando el accidente se haya producido por no haber reparado una valla de un cerramiento en plazo, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos, entonces el responsable es el titular de la vía. En el caso que el accidente lo provoque un animal doméstico, según el artículo 1.905 del Código Civil el responsable el titular del animal.



 

Bibliografía

Ballester, A. (2008) “Incidencia de la red viaria en humedales integrados en la red Natura 2000 en la Comunitat Valenciana.

Benedito Durà (2005) “Estudio de los atropellos de vertebrados y el efecto barrera del Parque Natural de l’Albufera”.

Atropellos de vertebrados en Asturias (Gómez, 1987)

Mortalidad del lince (García-Perea y Gisbert, 1986)

Mortalidad de erizos (Garnica y Robles, 1986)

Mortalidad de mochuelos (Hernández, 1988)

Mortalidad de vertebrados en áreas interurbanas (Hernández, 1985)

Mortalidad de carnívoros en el Montseny (Ruiz Olmo, 1989)

Mortalidad de vertebrados en carreteras de Castelló entre 1985-1991) (APNAL, 1992).

Estudio del seguimiento de mortalidad de Vertebrados en carretera (PMVC) CODA, 1992)

Mortalidad de vertebrados en carreteras (Aguilar et al.,  1992)

Mortalidad de vertebrados en carreteras (Martínez-Abrain et al.,  1994)

Mortalidad de vertebrados en las Salinas de Santa Pola (Grupo Falco, 1992)

Mortalidad de vertebrados en la Albufera de València (Caletrio, 1992)

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/ecosistemas-y-conectividad/conectividad-fragmentacion-de-habitats-y-restauracion/safe_stop_atropellos_fauna.html

https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/temas/ecosistemas-y-conectividad/llibre-resums_tcm30-502814.pdf

https://revista.dgt.es/es/noticias/nacional/2020/06JUNIO/0605atropellos-de-animales.shtml

Un martinete en el bosque

 

Martinete a orillas del Magro, Requena. Arxiu RMiB                  

El día 15 de mayo de 2022 descubrí un ejemplar adulto de martinete común (Nycticorax nycticorax)​ descansando en lo alto de un enorme pino a orillas del río Magro, en el cañón fluvial que se abre cerca de la aldea de La Portera. Sin duda estaba en paso migratorio, aunque ciertamente tardío y decidió dormir esa jornada en ese tranquilo rincón. Esta es una cita singular, de hecho yo nunca había observado esta especie en el término municipal de Requena.                       

El martinete común es un ave de la familia Ardeidae, de las ardeidas o garzas. Tiene entre 58 y 65 cm de longitud, una envergadura entre alas de 90 a 100 cm y un peso máximo de 800 gr. Esta especie tiene una actividad crepuscular y nocturna. Se alimenta de moluscos, crustáceos, peces e insectos que puede complementar con vegetales y semillas.

En España se estimó que había unas 5.000 parejas reproductoras en 2011 (Garrido et al., 2012), cría en colonias en zonas boscosas o en carrizales próximos a zonas húmedas, como en el Saler sobre grandes pies de pino carrasco (Pinus halepensis) o la Marjal dels Moros y los marjales dela Safor. En el País Valencià se estima que hay una media de anual de 147,6 parejas, en el periodo 1988-2016 (Polo-Aparisi, 2021) y un máximo de 215 parejas (Generalitat Valenciana, 2021).

Es una especie migradora que se desplaza por la noche y de día duerme en lo alto de los árboles. En España se estima que hibernan unos 3.000 ejemplares de procedencia centroeuropea.

 

Martinete común (Nycticorax nycticorax). Arxiu RMiB

Referencias y bibliografía:

Polo-Aparisi, T., Polo-Aparisi, M (eds.) 2021. “Atles dels ocells de València”. Societat Valenciana d’Ornitologia (SVO). València.

Banco de Datos de Biodiversidad. https://bdb.gva.es/es/inicio

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/martinete_comun_tcm30-100088.pdf

https://atlasaves.seo.org/ave/martinete-comun/

 

Texto y fotos de Rafa Muñoz / Arxiu RMiB

Mayo vivo en La Portera

 

Abejaruco europeo (Merpos apiaster) 

Este mes de mayo podido realizar dos salidas por los campos y bosques próximos a La Portera. El día 9 disfruté de una jornada calurosa y soleada, sin embargo el día 23 amaneció muy cerrado de nubes y con chubascos intermitentes, lo que no me impidió aprovechar para recorrer las zonas próximas a la finca de El Churro.


Abejero europeo (Pernis apivorus)

He podido observar algunas rapaces como el abejero europeo (Pernis apivorus),  esta es una especie que solo nos visita durante los pasos migratorios. El día 23 cuando más arreciaba la lluvia y se cerraba la niebla, me sobrevoló uno que parecía algo despistado y confuso, volaba bajo dirección este.


Azor común (Accipiter gentilis)

En uno de los vallejos cría una pareja de azor común (Accipiter gentilis) que repite nido, como todos los años le aportan nuevas ramas verdes ahora tienen una plataforma enorme.


Búho real (Bubo bubo hispanus)

Cuando hago rutas intento caminar en silencio y hacer el menor ruido posible al caminar. Eso me permite sorprender aves que normalmente se levantarían de su posadero sin que un caminante se diera cuenta de su presencia. El día 23 desperté a un enorme búho real (Bubo bubo hispanus) que dormía encima de un pino muy cerca de la finca del Churro.

En las cercanías de la localidad cría una pareja de busardo ratonero (Buteo buteo) que se puede ver posado en las torretas eléctricas junto a la CV-429.


Escribano triguero (Miliaria calandra)


Cerca de la aldea hay algunos campos de cebada salpicados de los restos de antigua dehesa que debió ser monumental, esos supervivientes son unas enormes carrascas que superarán con holgura los 200 años. Allí se puede encontrar la alondra común  (Alauda arvensis), la alondra totovía (Lullula arborea) y el escribano triguero (Miliaria calandra).


Cogujada común (Galerida cristata)


En este paisaje, si nos paramos y esperamos en silencio enseguida se dejan oír alguna codorniz común (Coturnix coturnix) o el reclamo del cistícola buitrón (Cisticola juncidis) y de la cogujada común (Galerida cristata).


Gorrión chillón (Petronia petronia)

En La Portera hay mucha variedad de cultivos, aunque como en toda la comarca domina la viña. Aquí siguen quedando muchos pedazos con almendros, olivar y en rincones más húmedos hay nogales o cerezos. Entre medias hay algunas parcelas sin cultivar donde crecen carrascas y pequeñas sabinas, todo ello aderezado de multitud de arbustos y herbazales. En este mosaico es fácil encontrar alguna perdiz roja (Alectoris rufa), la tórtola europea (Streptopelia turtur), la corneja negra (Corvus corone), el alcaudón común (Lanius senator), el Gorrión chillón (Petronia petronia) o la cogujada montesina (Galerida theklae).


Carraca europea (Coracias garrulus)

En cualquier rincón se puede observar al abejaruco europeo (Merpos apiaster) o la abubilla (Upupa epops). Incluso los días 8 y 9 nos acompañó, 24 horas seguidas, una preciosa carraca europea (Coracias garrulus) que estaba en paso migratorio. Estuvo todo un día posada en la misma zona del tendido telefónico, un poco antes de llegar a La Portera. Desde allí se dejaba caer para atrapar grandes saltamontes. Le debió gustar el sitio que a buen seguro le ayudó a descansar y recuperar fuerzas para poder afrontar la siguiente etapa de su viaje.


Golondrina común (Hirundo rustica)

Cerca de lo que fue una espléndida casa de labor, la Cueva Zapata, hoy prácticamente en ruinas, hay una charca donde abrevan ovejas. Allí acuden a beber y viven un montón de aves como son el carbonero común (Parus major), la golondrina común (Hirundo rustica), la oropéndola europea (Oriolus oriolus), el verderón común (Chloris chloris), el papamoscas gris (Muscicapa striata striata), la paloma bravía doméstica (Columba livia domestica), el jilguero europeo (Carduelis carduelis) y la paloma torcaz (Columba palumbus).


Libélula de vientre plano (Libellula depressa)

En esta balsa venida a menos por años de reiteradas sequías y por la excesiva extracción de agua, todavía se puede encontrar insectos interesantes como el rollizo abejorro común (Bombus terrestris), libélulas interesantes como la libélula de vientre plano (Libellula depressa) o la libélula emperador (Anax imperator). En los campos de los alrededores se observan mariposas como la cardera (Vanessa cardui) o la doncella punteada (Melitaea cinxia).


Agateador europeo (Certhia brachydactyla

Hay otra casona hundida en un vallejo próximo que está rodeada de un buen pinar, por eso le llaman la Casa del Pinar, aquí los vecinos siempre ha sido gente sencilla y sobria, alejada de estridencias. Allí es fácil observar las aves de los medios forestales como el agateador europeo (Certhia brachydactyla), el arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius), el carbonero garrapinos (Periparus ater), el cuervo grande (Corvus corax) o el herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus).


Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)

Entre las carcomidas vigas que todavía aguantan parte de la estructura de la Casa del Pinar sorprendí una enorme salamanquesa común (Tarentola mauritanica) que tenía dos colas. Muchos reptiles tienen la capacidad de desprender su cola si se sienten en peligro inminente, con ello pueden conseguir que el predador se quede con su cola y el animal logre el tiempo suficiente para llegar a un refugio. Este dragoncillo debió intentar cortar su cola pero no lo consiguió totalmente, después le ha crecido la nueva y ahora tiene dos. ¡Otra explicación algo más disparatada podría ser que la cercanía de la nuclear de Cofrentes la ha convertido en una mutante bicola!


Iglesia de la finca del Churro


Una de las pocas casonas que queda en pie es la finca del Churro, propiedad de la familia Reyna. En sus vallejos tienen varios edificios señoriales e incluso una iglesia, mucho más elegante que la de La Portera. Aunque las viñas están muy cuidadas han dejado que se hundan varias de las casas de servicio y en las que debían alojar a los temporeros. En uno de ellas sorprendí a un simpático ratón de campo (Apodemus sylvaticus).  En el linde del bosque con los cultivos todavía queda algún conejo (Oryctolagus cuniculus) que en esta zona nunca han sido abundantes.


Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli)

Sus vallejos y pinares son una zona muy tranquila donde se puede observar aves como el mirlo común (Turdus merula), grupos de mito común (Aegithalos caudatus), en los rincones más umbrosos canta el mosquitero papialbo (Rhadina bonelli) y el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), hay grupos familiares de piquituerto común (Loxia curvirostra) y el escondidizo zorzal charlo (Turdus viscivorus).


Texto y fotos de Rafa Muñoz


Casa Zapata y la fuente Zapata


 

Libélulas de Requena

Detalle de la cabeza de un Onychogomphus uncatus ¡todo un pequeño tigre!



Hoy quiero dedicar una entrada a las libélulas que tenemos en el extenso término de Requena. Las libélulas son unos insectos peculiares y gracias a sus llamativos colores y su singular diseño son muy llamativos y relativamente fáciles de identificar aunque es necesaria una guía. Yo recomiendo la “Guía de campo de las Libélus de España y de Europa” de Klaas-Douwe B. Dijkstra e ilustrada por Richard Lewington, de EDICIONES OMEGA. Las especies de este listado las he observado en los meses de mayo y junio de 2020.




En la cabecera de la Rambla de las Salinas (Hórtola), tributaria del río Cabriel: UTM10x10 XJ65


Calopteryx haemorrhoidalis, macho


Crocothemis erythraea


Onychogomphus uncatus


Orthetrum brunneum


En el río Magro, Hortunas y La Portera: UTM10x10 XJ66



Calopteryx haemorrhoidalis, en la foto una hembra


Calopteryx xanthostoma


Gomphus simillimus


Platycnemis latipes



En la balsa de El Pontón: UTM10x10 XJ67


Anax imperator sin foto.


Coenagrion caerulescens


Trithemis annulata



En el río Magro Hortunas de Abajo y la Canaleja: UTM10x10 XJ76


Orthetrum coerulescens


Calopteryx haemorrhoidalis

No olvidéis que estos insectos son nuestros aliados porque comen mosquitos, moscas, mariposas y polillas, respetarlos y disfrutar con su observación. 


Texto y Fotos de Rafa Muñoz 2020