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Mayo vivo en La Portera

 

Abejaruco europeo (Merpos apiaster) 

Este mes de mayo podido realizar dos salidas por los campos y bosques próximos a La Portera. El día 9 disfruté de una jornada calurosa y soleada, sin embargo el día 23 amaneció muy cerrado de nubes y con chubascos intermitentes, lo que no me impidió aprovechar para recorrer las zonas próximas a la finca de El Churro.


Abejero europeo (Pernis apivorus)

He podido observar algunas rapaces como el abejero europeo (Pernis apivorus),  esta es una especie que solo nos visita durante los pasos migratorios. El día 23 cuando más arreciaba la lluvia y se cerraba la niebla, me sobrevoló uno que parecía algo despistado y confuso, volaba bajo dirección este.


Azor común (Accipiter gentilis)

En uno de los vallejos cría una pareja de azor común (Accipiter gentilis) que repite nido, como todos los años le aportan nuevas ramas verdes ahora tienen una plataforma enorme.


Búho real (Bubo bubo hispanus)

Cuando hago rutas intento caminar en silencio y hacer el menor ruido posible al caminar. Eso me permite sorprender aves que normalmente se levantarían de su posadero sin que un caminante se diera cuenta de su presencia. El día 23 desperté a un enorme búho real (Bubo bubo hispanus) que dormía encima de un pino muy cerca de la finca del Churro.

En las cercanías de la localidad cría una pareja de busardo ratonero (Buteo buteo) que se puede ver posado en las torretas eléctricas junto a la CV-429.


Escribano triguero (Miliaria calandra)


Cerca de la aldea hay algunos campos de cebada salpicados de los restos de antigua dehesa que debió ser monumental, esos supervivientes son unas enormes carrascas que superarán con holgura los 200 años. Allí se puede encontrar la alondra común  (Alauda arvensis), la alondra totovía (Lullula arborea) y el escribano triguero (Miliaria calandra).


Cogujada común (Galerida cristata)


En este paisaje, si nos paramos y esperamos en silencio enseguida se dejan oír alguna codorniz común (Coturnix coturnix) o el reclamo del cistícola buitrón (Cisticola juncidis) y de la cogujada común (Galerida cristata).


Gorrión chillón (Petronia petronia)

En La Portera hay mucha variedad de cultivos, aunque como en toda la comarca domina la viña. Aquí siguen quedando muchos pedazos con almendros, olivar y en rincones más húmedos hay nogales o cerezos. Entre medias hay algunas parcelas sin cultivar donde crecen carrascas y pequeñas sabinas, todo ello aderezado de multitud de arbustos y herbazales. En este mosaico es fácil encontrar alguna perdiz roja (Alectoris rufa), la tórtola europea (Streptopelia turtur), la corneja negra (Corvus corone), el alcaudón común (Lanius senator), el Gorrión chillón (Petronia petronia) o la cogujada montesina (Galerida theklae).


Carraca europea (Coracias garrulus)

En cualquier rincón se puede observar al abejaruco europeo (Merpos apiaster) o la abubilla (Upupa epops). Incluso los días 8 y 9 nos acompañó, 24 horas seguidas, una preciosa carraca europea (Coracias garrulus) que estaba en paso migratorio. Estuvo todo un día posada en la misma zona del tendido telefónico, un poco antes de llegar a La Portera. Desde allí se dejaba caer para atrapar grandes saltamontes. Le debió gustar el sitio que a buen seguro le ayudó a descansar y recuperar fuerzas para poder afrontar la siguiente etapa de su viaje.


Golondrina común (Hirundo rustica)

Cerca de lo que fue una espléndida casa de labor, la Cueva Zapata, hoy prácticamente en ruinas, hay una charca donde abrevan ovejas. Allí acuden a beber y viven un montón de aves como son el carbonero común (Parus major), la golondrina común (Hirundo rustica), la oropéndola europea (Oriolus oriolus), el verderón común (Chloris chloris), el papamoscas gris (Muscicapa striata striata), la paloma bravía doméstica (Columba livia domestica), el jilguero europeo (Carduelis carduelis) y la paloma torcaz (Columba palumbus).


Libélula de vientre plano (Libellula depressa)

En esta balsa venida a menos por años de reiteradas sequías y por la excesiva extracción de agua, todavía se puede encontrar insectos interesantes como el rollizo abejorro común (Bombus terrestris), libélulas interesantes como la libélula de vientre plano (Libellula depressa) o la libélula emperador (Anax imperator). En los campos de los alrededores se observan mariposas como la cardera (Vanessa cardui) o la doncella punteada (Melitaea cinxia).


Agateador europeo (Certhia brachydactyla

Hay otra casona hundida en un vallejo próximo que está rodeada de un buen pinar, por eso le llaman la Casa del Pinar, aquí los vecinos siempre ha sido gente sencilla y sobria, alejada de estridencias. Allí es fácil observar las aves de los medios forestales como el agateador europeo (Certhia brachydactyla), el arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius), el carbonero garrapinos (Periparus ater), el cuervo grande (Corvus corax) o el herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus).


Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)

Entre las carcomidas vigas que todavía aguantan parte de la estructura de la Casa del Pinar sorprendí una enorme salamanquesa común (Tarentola mauritanica) que tenía dos colas. Muchos reptiles tienen la capacidad de desprender su cola si se sienten en peligro inminente, con ello pueden conseguir que el predador se quede con su cola y el animal logre el tiempo suficiente para llegar a un refugio. Este dragoncillo debió intentar cortar su cola pero no lo consiguió totalmente, después le ha crecido la nueva y ahora tiene dos. ¡Otra explicación algo más disparatada podría ser que la cercanía de la nuclear de Cofrentes la ha convertido en una mutante bicola!


Iglesia de la finca del Churro


Una de las pocas casonas que queda en pie es la finca del Churro, propiedad de la familia Reyna. En sus vallejos tienen varios edificios señoriales e incluso una iglesia, mucho más elegante que la de La Portera. Aunque las viñas están muy cuidadas han dejado que se hundan varias de las casas de servicio y en las que debían alojar a los temporeros. En uno de ellas sorprendí a un simpático ratón de campo (Apodemus sylvaticus).  En el linde del bosque con los cultivos todavía queda algún conejo (Oryctolagus cuniculus) que en esta zona nunca han sido abundantes.


Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli)

Sus vallejos y pinares son una zona muy tranquila donde se puede observar aves como el mirlo común (Turdus merula), grupos de mito común (Aegithalos caudatus), en los rincones más umbrosos canta el mosquitero papialbo (Rhadina bonelli) y el pinzón vulgar (Fringilla coelebs), hay grupos familiares de piquituerto común (Loxia curvirostra) y el escondidizo zorzal charlo (Turdus viscivorus).


Texto y fotos de Rafa Muñoz


Casa Zapata y la fuente Zapata


 

La Bicuerca, aves, bosques y mucha historia

Buitre leonado (Gyps fulvus)



La Sierra de la Bicuerca es uno de los rincones donde bulle la vida salvaje en la comarca de Requena Utiel. Esta sierra que pertenece al Sistema Ibérico y es su extremo más meridional, tiene una pequeña extensión pero una altura respetable con los 1.116,94 metros sobre el nivel de mar que alcanza su mayor monte, el Pico de la Bicuerca.

Sierra de la Bicuerca


La mañana 17 de julio de 2020 madrugué para realizar un recorrido y poder disfrutar la riqueza de estas montañas que tienen una orientación Norte-Sur y se la reparten los términos de Fuenterrobles al oeste, Utiel al este y Camporrobles al noroeste. El topónimo de Bicuerca es singular quizás quiera decir dos cuerdas, las dos líneas montañosas que protegen un estrecho valle en el centro.

Reconstrucción de un telar ibero en Kelin


Dejé el coche cerca del Collado de Bicuerca que tiene unos respetables 1.029,67 metros de altitud, dejé a mi espalda el Cerro de la Peladilla donde se encuentran los restos de un poblado ibero fortificado ocupado entre los siglos III y II a.C. Debió ser una atalaya de vigía para proteger la próxima ciudad de Kelin que fue el centro comarcal en la edad de Hierro, entre los siglos VII y I a.C. Los Villares o Kelin estaba situada donde hoy se encuentra Caudete de las Fuentes, fue un oppidum fortificado ibero de unas 10 hectáreas de extensión que quedó totalmente arrasado el año 75 a.C., cuando Pompeyo incendió Kelin en las guerras civiles romanas, como castigo por el apoyo de la población al general Sertorio, la ciudad arrasada nunca más se levantó.

Reconstrucción de un encuentro comercial de la nobleza de Kelin con un fenicio


Al sur del Collado de Bicuerca también se alza otro de los puntos históricos de Fuenterrobles, el Cerro del Telégrafo con 1.091,87 msnm. En el año 1845 en esta montaña se construyó una de las torres de la segunda línea de telegrafía óptica española que comunicaba Madrid y Valencia.

Ruta Bicuerca



La infraestructura se abandonó diez años después cuando se desarrolló la telegrafía eléctrica, en la comarca quedaron abandonadas un total de 5 torres de las 30 que unían ambas capitales.

Cerro del Telégrafo


Inicié camino dirección norte a media ladera, a la altura donde se encuentra el tótem escultórico de Emilio Gallego llamado “Piedras al aire. Canto a la Naturaleza en Espiral”. En esta ladera que reseca el sol de la tarde crece un claro matorral mediterráneo dominado por arbustos como el romero (Rosmarinus officinalis), espliego (Lavándula officinalis), tomillo (Thymus vulgaris), brezo (Erica multiflora), Coscoja (Quercus coccifera) y aulagas (Genista scorpius). Entre ellos destaca un alto y solitario Pino laricio (Pinus nigra) que alcanza los 9’25 metros de altura. El sol todavía no había rebasado las cumbres de la sierra cuando entre las sombras se levantó de su encame con desgana un Búho real (Bubo bubo hispanus) mientras cantaba un Alcaudón meridional (Lanius meridionalis meridionalis).

Abejaruco europeo (Merpos apiaster)


Gané altura siguiendo la antigua senda de Fuenterrobles a las Cuevas de Utiel y cerca de una caseta encontré una familia de Collalba rubia (Oenanthe hispanica). La vegetación empezó a ganar porte, en las partes más resguardadas crecen algunos bosquetes de Pino carrasco (Pinus halepensis) desde donde cantaba la Alondra totovía (Lullula arborea) y espesos matacanes donde lo hacía la Curruca rabilarga (Sylvia undata).

Cardera (Vanessa cardui)


En lo alto de la cuerda que separa las dos vertientes una estrecha senda sigue dirección norte ganando altura muy cerca de la cumbre del Pico de la Bicuerca. Gracias a la mayor humedad el pinar crece recto y da sombra al Sendero Pequeño Recorrido PR-CV 406 que discurre entre la cumbre y unos modestos cortados rocosos. En ellos descansaban 3 enormes ejemplares de Buitre leonado (Gyps fulvus) que debían haber pasado la noche y esperaban las corrientes de aire caliente del mediodía para alzar el vuelo, ante mi presencia debieron adelantar el despegue.

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)


Antes de llegar al Cerro de las Majuelas la senda pierde altura bajo un bosque umbroso donde encontré Arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius), Mirlo común (Turdus merula), Mito común (Aegithalos caudatus), Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli), juveniles de Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) y Pinzón vulgar (Fringilla coelebs). Aquí crece algún pino rodeno (Pinus pinaster), carrascas (Quercus ilex) y sabinas (Juniperus phoenicea) de buen porte, lentisco (Pistacia lentiscus) y Madroño (Arbustus unedo).

Sympetrum fonscolombii


Por el fondo del estrecho valle central de la Sierra de la Bicuerca hay campos de cereal que ya estaban segados. Aquí coincide el trazado de varios caminos singulares, el del Camino de la Lana que es la ruta de peregrinación jacobea que une València con Cuenca. Ambas ciudades están separadas por 250 Km que se realizan a pie en diez jornadas. La ruta sigue de Cuenca hasta Burgos donde enlaza con el tradicional Camino Francés. Esta tranquila pista arenosa también forma parte del GR-238 Tierra del Vino y del Camino de la Vera Cruz.  

Casa de la Bicuerca


Seguí junto a la seca Fuente de la Bicuerca que antes permitía la vida en la Casa de la Bicuerca que hoy está en ruinas además del cultivo de estas tierras. Allí observé Abejaruco europeo (Merpos apiaster), Paloma torcaz (Columba palumbus), Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea), Serín verdecillo (Serinus serinus), Vencejo común (Apus apus) además de una mariposa Cardera (Vanessa cardui) y dos libélulas: la Sympecma fusca y la Sympetrum fonscolombii.

Sympecma fusca


Este también es el Camino Viejo de Cuenca que en la Casa de la Bicuerca se une a la comarcal de Fuenterrobles a las Cuevas, desde allí se observa buena parte del término de Utiel y los generosos viñedos Hoya de Cadenas. Esta es una finca del siglo XIX que en sus instalaciones además de una bodega visitable se encuentra el Museo Arte en barrica, allí hay colección de recipientes decorados por artistas valencianos. https://www.hoyadecadenas.es/

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)


Regresé hasta donde tenía el coche y al pasar por Fuenterrobles recordé que esta población fue fundada como un mayorazgo que pertenecía al municipio de Requena en 1578. Ya entonces era una localidad célebre porque según la tradición en la pequeña cueva del paraje de Covarrobles, cercano al cerro de Juan Benito, estuvieron presas las hijas del Cid y allí recibieron azotes a manos de los Condes de Carrión.

Fuenterrobles



Texto y fotos de Rafa Muñoz 2020

“Las hijas del Cid” de Dióscoro Puebla 1871.