BOSQUES DE RIBERA Y PINARES


24 de marzo de 2019

Piquituerto común (Loxia curvirostra)


Acabamos de estrenar la primavera pero en la comarca de Requena-Utiel la vegetación parece querer esperar, hemos tenido un invierno muy seco pero aunque las temperaturas no ha sido muy bajas, las heladas no han faltado a su cita, todo ello prolonga el letargo de la vegetación.

Los chopos y plátanos de sombra que crecen a orillas del río Magro en la Fuente de la Canaleja tienen sus yemas preparadas pero todavía esperan o una lluvia que les empuje o una subida de las temperaturas mínimas que destierre las heladas, conviene no olvidar la sabiduría popular de estas tierras cuando advierte que “hasta mayo no te quites el sayo”.

Agateador común (Certhia brachydactyla)


Aunque la vegetación parece querer esperar las aves no son tan pacientes y algunos de nuestros pequeños pájaros ya están preparando sus nidos, esa mañana observé una pareja de Agateador común (Certhia brachydactyla) que acarreaba material con el que forrar el interior de su nido.

En la Canaleja hay varias fuentes y una balsa que recoge el agua, de esta vieja piscina se filtra un poco de agua en una de la paredes, es allí donde prefieren beber los grupos familiares de Piquituerto común (Loxia curvirostra), la evolución los ha especializado en el consumo de piñones por lo que tienen un cuello y pico fuertes, este es ganchudo, se cruzan en las dos puntas lo que les facilita la terea de abrir las escamas de las piñas y poder acceder al fruto.

Piquituerto común (Loxia curvirostra)


Uno de los inconvenientes de la alimentación con frutos secos es que tienen muy poca humedad y las aves necesitan ir a los abrevaderos varias veces al día, cuando llegan siempre siguen la misma rutina, se posan en ramas próximas al punto con agua, observan con atención para comprobar que no haya predadores esperándolos, bajan primero las aves jóvenes y si no ha habido señales de peligro bajan los adultos, beben con rapidez sin parar de vigilar, una vez satisfecha la sed se van en grupo a seguir buscando alimento. Los machos tienen un color rojizo, las hembras un tono amarillento y las aves jóvenes son de un gris parduzco con un listado en vientre y dorso.

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)


Quizás es esta la mejor época del año para observar los animales de los sotos fluviales, como los árboles no tienen hojas y las aves empiezan su época de reproducción que les obliga a estar muy activas es mucho más fácil encontrarlos entre las ramas. Otras especies que observé allí fueron Ardilla roja (Sciurus vulgaris), Arrendajo (Garrulus glandarius), Carbonero común (Parus major), Carbonero garrapinos (Periparus ater), Estornino negro (Sturnus unicolor), Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), Mito común (Aegithalos caudatus) y Pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

Ardilla roja (Sciurus vulgaris)


Por el cielo pasó un Halcón peregrino (Falco peregrinus brookei) y tenía una presa entre la garras que seguramente llevaba a su nido enseguida pasaron volando en dirección contraria cuatro aterrorizados ejemplares de Ánade azulón (Anas platyrhynchos). En la orilla del río Magro se oía los cantos de varios ejemplares de Cetia ruiseñor (Cettia cetti) y una Alondra totovía (Lullula arborea).

Alondra totovía (Lullula arborea)


Continué con el pase dirección oeste para llevar el sol de espaldas, para encontrar mejor a las aves y caminando despacio para evitar que vean u oigan, caminé con paso lento intentando no hacer ruido pisando ramas u hojas y buscando ocultarme en lugares con sombras para otear los alrededores con el oído atento para poder detectar las escondidizas aves, encontré un confiado Petirrojo europeo (Erithacus rubecula), dos Jilguero europeo (Carduelis carduelis), un rollizo Zorzal charlo (Turdus viscivorus) y otro más estilizado Zorzal común (Turdus philomelos).

Petirrojo europeo (Erithacus rubecula)


A la altura del depósito de incendios de la Canaleja me llamó la atención la presencia de varios ejemplares de Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) y entre ellos había un precioso macho de Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). No lejos, en las zonas abiertas con campos de cereal y barbechos se veía un macho de Tarabilla común (Saxicola torquatus) y un Mirlo común (Turdus merula) gritaba mientras levantaba el vuelo alocadamente como solo esta especie sabe hacer.

Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus)


Había pequeños grupos de Serín verdecillo (Serinus serinus) en los que los machos se dedicaban a cantar como posesos para demostrar que son los mejores padres posibles para la nueva generación. En el río emitió su grito de alarma un Rascón europeo (Rallus aquaticus) levantando de orillas y choperas una Lavandera blanca (Motacilla alba), dos Pardillo común (Linaria cannabina mediterranea) y dos Paloma torcaz (Columba palumbus).

Arrendajo (Garrulus glandarius)

Texto y fotos de Rafa Muñoz.

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