Domeño Viejo, un humedal serrano

 

Zarcero bereber (Iduna opaca), Arxiu RMiB


Primavera de 2021

En 1967 se acabó el embalse de Loriguilla, en la cuenca del río Turia, anegó las tierras de cultivo de Loriguilla y de Domeño por lo que hubo que expropiar y trasladar a toda la población de las dos localidades. Esta presa cuenta con una central hidroeléctrica que tiene una capacidad producción de 10,40 MW, estando el embalse lleno inundaría 346 ha y retendría un máximo de 71 hm³.


Domeño Viejo, Arxiu RMiB

Este año la lluvia ha sido generosa y el embalse está en niveles máximos, esto afecta a la espléndida vegetación de ribera que crece en la cola del embalse, en la vega de Domeño. En este lugar hay dos represas, la crecida ha sobrepasado la que está más baja inundando la antigua carretera.

Las antiguas huertas de Domeño se han convertido en un singular humedal de interior donde hay mucha biodiversidad porque aquí coincide la fauna ligada a los medios acuáticos con la de los cultivos mediterráneos, demás hay fauna rupícola debido a que el río ha excavado estos macizos calizos y las laderas son abruptas. La vegetación es igualmente diversa, aquí encontramos juntos los tarajes, chopos, álamos, algarrobos, olivos, granados, almendros, pino carrasco, almez y carrascas.


Domeño Viejo, Arxiu RMiB

Esta primavera he ido varias veces para recorrer con tranquilidad este lugar, intentando descubrir su diversidad ecológica. He estado cinco veces, el 5 de febrero, 30 de abril, 6 de mayo, 8 y el 18 de junio. Intentaré hacer un resumen de lo observado describiendo la aves según el hábitat que ocupan.

 

Aves de los humedales


Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Arxiu RMiB


Aquí tenemos aguas tranquilas con amplias manchas de carrizos y abundantes árboles que solo tienen un problema, la variabilidad del nivel de las aguas. Crían varias parejas de Ánade azulón (Anas platyrhynchos) y muy probablemente lo hagan un par de parejas de Somormujo lavanco (Podiceps cristatus).


Garza imperial (Ardea purpurea), Arxiu RMiB

En los carrizos se concentran la mayoría de las aves, allí se refugian y deben reproducirse el Calamón común (Porphyrio porphyrio), el Carricero común (Acrocephalus scirpaceus ambiguus), el Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus), la Garza imperial (Ardea purpurea) y la Gallineta común (Gallinula chloropus).


Garza real (Ardea cinerea), Arxiu RMiB


Si la zona estabilizara los niveles hídricos sería un lugar donde las siguientes especies se reproducirían. Las especies que estaban al principio de la primavera con plumajes nupciales pero parecen haber desistido son: el Cormorán grande (Phalacrocorax carbo), la Garceta común (Egretta garzetta), la Garceta grande (Ardea alba), la Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) y la Garza real (Ardea cinerea). Tengo la impresión que intentan hacerlo pero las variaciones de caudal impiden que finalicen, se debe quedar en intento. 

Un caso distinto es el del Andarríos chico (Actitis hypoleucos), esta especie sigue el patrón típico de nuestra zona, la podemos encontrar todo el año excepto en la época de reproducción, por tanto en mayo desapareció.


Aves de los sotos fluviales

Zarcero bereber (Iduna opaca), Arxiu RMiB


Aquí hay una buena densidad y variedad de la vegetación típica de las riberas fluviales, por ello hay una buena representación de aves que deben reproducirse. Destaca la presencia de especies poco frecuentes en nuestras latitudes como el Zarcero bereber (Iduna opaca) y el Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla). 


Papamoscas gris (Muscicapa striata striata), Arxiu RMiB


El resto son aves comunes pero destaca la variedad que hay: Lavandera blanca (Motacilla alba), Cetia ruiseñor (Cettia cetti), Herrerillo común (Cyanistes caeruleus), Oropéndola europea (Oriolus oriolus), Papamoscas gris (Muscicapa striata striata), Pico picapinos (Dendrocopos major), Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) Zarcero políglota (Hippolais polyglotta).

 

Aves de los cultivos y campiñas

Curruca mirlona occidental (Sylvia hortensis), Arxiu RMiB


De este grupo de aves destaca la presencia de la Curruca mirlona occidental (Sylvia hortensis) observada el 8 de junio, por lo que es probable que se reproduzca en los campos abandonados que tienen añosos olivos, granados y almendros. 


Abejaruco europeo (Merpos apiaster), Arxiu RMiB

El resto de aves comunes son el Abejaruco europeo (Merpos apiaster), Abubilla (Upupa epops), Alcaudón común (Lanius senator), Jilguero europeo (Carduelis carduelis), Carbonero común (Parus major), Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), Golondrina común (Hirundo rustica), Gorrión común (Passer domesticus balearoibericus), Perdiz roja (Alectoris rufa), Serín verdecillo (Serinus serinus) y el Verderón común (Chloris chloris).


Milano negro (Milvus migrans), Arxiu RMiB

Cuando nos alejamos de la vega y subimos por las laderas, la vegetación cambia radicalmente, aparecen los romeros, aliagas, hay chumberas y algunas plantas invasoras. Allí podemos encontrar a la Collalba rubia (Oenanthe hispanica). A finales del invierno y en migración se añadían especies como la Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y el Milano negro (Milvus migrans).

 

Aves de los roquedos

Cuervo grande (Corvus corax), Arxiu RMiB


Las laderas son muy abruptas, gracias a ello podemos encontrar aves típicas de los roquedos como son el Avión común (Delichon urbicum), la Chova piquirroja (Pyrrhocorax graculus), el Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), el Cuervo grande (Corvus corax), la Curruca rabilarga (Sylvia undata) y el Roquero solitario (Monticola solitarius). Estos cielos los patrullan algunos ejemplares de Buitre leonado (Gyps fulvus) que se reproducen en la Serranía, estas aves recorren cada día muchos kilómetros en busca de carroñas con las que alimentar a sus pollos.

 

Aves de los bosques

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs), Arxiu RMiB


Nuestros bosques sufrieron una dramática deforestación, no hace muchos años la leña era necesaria para cocinar y calentarse, los años 40 y 50 del siglo XX acabaron con la mayoría de los bosques de la Península Ibérica. Con la despoblación a partir de los años 60 y 70, a pesar de los frecuentes incendios, la cubierta forestal se fue recuperando. El arbolado nos permite observar aves como el Gavilán común (Accipiter nisus),  el Mito común (Aegithalos caudatus), el Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) y el Zorzal charlo (Turdus viscivorus). Durante la invernada abunda el Mosquitero común (Phylloscopus collybita) y en paso se ve el Mosquitero papialbo (Rhadina bonelli). 

 

Otras especies

Pandora (Argynnis pandora), Arxiu RMiB


Con los años un ornitólogo aprende a disfrutar del resto de la biodiversidad. Bajar la vista de los cielos permite encontrar especies singulares como las libélulas, en Domeño he podido identificar Calopteryx haemorrhoidalis, Calopteryx virgo, Ischnura elegans y Platycnemis latipesMariposas como la Cardera (Vanessa cardui), la Loba (Maniola jurtina) o la preciosa Pandora (Argynnis pandora). 


Calopteryx virgo Arxiu RMiB


También abundan los insectos pero solo soy capaz de identificar algunos de los más grandes y familiares, como la Abeja europea (Apis mellifera), el Abejorro común (Bombus terrestris) o el Milpiés (Ommatoiulus rutilans)


Platycnemis latipes, Arxiu RMiB


El 8 de junio me sorprendió comprobar que las carpas (Cyprinus carpio carpio) estaban en el momento álgido de la freza, algo que sólo dura entre 10 y 15 días. En nuestras aguas continentales cuando se dan las condiciones idóneas se produce la reproducción de los peces, como las carpas son peces grandes y eligen zonas de aguas someras para reproducirse son más fáciles de observar. 


Freza de la carpa común, Arxiu RMiB

Al naturalista que recorre la orilla de un embalse en silencio lo que alerta es el oído, escucha un chapoteo entre la vegetación recién inundada. Si uno se fija y tiene un poco de paciencia, puede comprobar que estos grandes peces se revuelven entres si, se frotan y ladean en las aguas someras. Cuando las aguas altas inundan los prados y la temperatura oscila entre los 18 y los 20 °C se desencadena el proceso de la reproducción, la freza de las carpas

Los machos y hembras de entre 2 y 4 años de vida, se juntan en estas aguas someras. Las hembras expulsan nubes de huevos, unos 500.000 cada una, aunque la cantidad depende del tamaño, a más peso más huevos. Mientras tanto los machos los rocían con esperma, si se fecundan se quedarán adheridos a la vegetación. La eclosión de los alevines depende de la temperatura del agua, cuando nacen miden unos 6 mm. Hasta que no crezcan lo suficiente no se aventurarán lejos de la protección que les facilita la vegetación sumergida, mientras tanto se dedicarán a comer y crecer sin tregua intentando evitar a los predadores. 


Largartija colilarga recargando baterías, Arxiu RMiB

Me sorprendió un escena singular protagonizada por una Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) joven. Se soleaba sobre un tronco caído, tenía todo el vientre pegado a la madera pero levantaba las manos y los pies, observar la foto. Son animales de sangre fría y necesitan calor para activarse, este ejemplar de la foto debía estar en pleno proceso de recarga energética ya que por las mañana aun hace fresco.


Abeja europea (Apis mellifera) Arxiu RMiB

 Texto  de Rafa Muñoz, fotos Arxiu RMiB 2020    

     

Cardera (Vanessa cardui) Arxiu RMiB


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