Requena, 21 de
diciembre de 2025
Por primera vez, según mis datos, una gaviota enana (Hydrocoloeus minutus) ha
visitado las balsas de El Pontón. Esta es un ave muy especial, porque está muy
lejos de sus áreas habituales, es una especie que en la invernada no suele acercarse
mucho a la costa y menos aún se les puede observar tierra adentro.
Es la más pequeña de las gaviotas que podemos ver en Iberia, no sobrepasa
los 69 cm de envergadura, mientras que la gaviota más frecuente en la comarca
es la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) que puede alcanzar los 99
cm.
Después de su reducido tamaño, lo segundo que llama la atención son sus
movimientos rápidos nerviosos, mientras nada recogiendo minúsculos insectos flotantes,
con su pico pequeño, fino y de un color negro intenso. También pueden capturarlos
en vuelo, pero esa mañana fría i gris, se dedicó a nadar, dando continuos giros
para ir recogiéndolos de la superficie del agua.
Esta gaviota se reproduce en el norte y el centro de Europa. En invierno unos
pocos ejemplares se distribuyen por las aguas mediterráneas, pero prefieren estar
mar adentro. Solo muy ocasionalmente, algunos ejemplares huyendo del mal tiempo,
pueden refugiarse en las costas.
Mucho más difícil es que algún individuo, empujado por los vientos, se
despiste y aparezca en el interior peninsular, al amparo de alguna laguna, como
ha sido este caso. Bien seguro que los recientes temporales de lluvias
acompañadas de vientos de levante, la han empujado a la comarca de
Utiel-Requena.
Según la plataforma eBird, esta sería la primera observación de esta
especie en el interior valenciano. Aunque en la zona Pétrola, Albacete, se ha
observado varias veces.
Estas balsas de riego son un refugio vital para muchas especies i cada día que pasa se siguen sumando especies nuevas. La biodiversidad detectada en las balsas de riego de la Comunidad de Regantes de Campo Arcís, bien merecería disponer de una figura de protección.
Como mínimo debería ser un refugio de caza, porque hoy los disparos sonaban
muy cerca, a pesar de estar situada en una zona muy humanizada, frecuentada por
gente que pasea los perros, que va en bicicleta o simplemente, que observa las
aves.
Texto y fotos de Rafa Muñoz, Arxiu RMiB. 2025.
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