7 de noviembre de 2019
En el término Alpuente que pertenece a la comarca de los Serranos, se encuentra la aldea de Corcolilla. Justo al lado de la CV-350, en el punto
kilométrico 6.8 de la comarcal que
conduce a la localidad turolense de Arcos
de las Salinas se encuentra un yacimiento icnológico singular.
Los yacimientos de icnitas son
los rastros fosilizados de huellas que se produjeron en orillas fangosas, poco después se
cubrieron de arcilla y gracias a la presión provocada por el peso de los
sedimentos junto al paso de los años se fosilizó el sustrato y conservó impresas
huellas del pasado.
En el yacimiento de Corcolilla hay más de cien huellas de dinosaurios terópodos de varias
especies, este grupo de reptiles tenía pies con tres dedos y caminaban erguidos
sobre sus cuartos traseros. Los rastros pertenecen a varias especies de tamaño pequeño
y mediano, la gran cantidad de huellas indica que este era un lugar de paso muy
frecuentado situado en un meandro fluvial hace unos 140 millones de años.
En la roca arenisca además de las huellas se han encontrado grietas similares a las que se producen en el fango
cuando se seca y restos de pequeñas galerías excavadas por invertebrados.
Los dinosaurios terópodos vivieron desde el Triásico superior hasta
el Cretácico superior, entre los 225 millones y los 70 millones de años. Terópodo significa pie de bestia, estos
reptiles tenían huesos largos y huecos, esto les permitía tener poco peso y gracias a ello conseguían rapidez y agilidad de
movimientos lo que les convertía en predadores muy efectivos. La gran mayoría de terópodos eran carnívoros pero también se ha descubierto alguna especie herbívora como el Chilesaurus
diegosuarezi. Los terópodos eran el único tipo de dinosaurios bípedos, sus extremidades
terminaban unas garras curvas y afiladas lo que les facilitaban la caza y el consumo
de sus presas.
Dibujo de terópodo de
la web MESTRE a CASA de la Generalitat Valenciana.
Había terópodos gigantes como la especie más grande, el Spinosaurus que rondaba los 17 metros de envergadura, le seguía en tamaño un conocido predador, el Tyranosaurus rex. El más pequeño encontrado es el Compsognathus que solo alcanzaba el metro de longitud y tendría una altura aproximada de 50 cm.
Video de Velociraptor
cazando un Protoceratops fuente The Land
of Dinosaurs, #07
Recientemente se ha confirmado
que un gran número de terópodos tenía
plumas y esto refuerza la hipótesis de que este grupo fue el origen de las aves actuales.
Hay consenso en que no podrían volar debido al pequeño tamaño de sus brazos pero
se cree que el plumaje les ayudaba a termorregular sus cuerpos además las utilizarían para el cortejo. También es muy probable que este grupo pudiera mantener la
temperatura de su cuerpo constante como lo hacemos los mamíferos y las plumas serían la herramienta que les ayudaría a regularla. La ligereza de sus huesos, sus poderosas patas y su
larga cola permitiría alcanzar a terópodos como al Velociraptor velocidades de unos 39 km por hora.
Texto y fotos © Rafa
Muñoz 2019.
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