Grupo excepcional de Fumarel común

Fumarel común (Chlidonias niger)

Requena, 24 de abril de 2021.


El Fumarel común (Chlidonias niger) es una pequeña ave Charadriiforme, de la familia Sternidae, son los charranes o golondrinas marinas. La población mundial se estima que ronda las 500.000 parejas. Se distribuyen por localidades templadas y boreales del hemisferio norte.

El fumarel común tiene una envergadura de 65-57 cm. Presentan un plumaje estival dominado por un tono casi negro en el cuerpo que contrasta con las alas y cola grisáceas. En época invernal el negro del plumaje se reduce al capirote.

Esta especie tiene un singular vuelo “tembloroso”, amariposado, esto le diferencia del resto fumareles y charranes. Tiene una aleteo lento con muchos vaivenes, del negro corporal destacan las alas pequeñas redondeadas y su cola corta.


Fumarel común (Chlidonias niger)


Se alimenta recogiendo pequeños insectos acuáticos que complementan con esporádicos pececillos o renacuajos. Para capturar sus presas gustan de agruparse, con su vuelo tembloroso peinan la superficie. Cuando descubren un objetivo, se acercan a la superficie y con un acrobático giro del cuello recogen a sus presas sin mojarse apenas.

De mayo a junio construyen nidos flotantes  en zonas húmedas de aguas dulces limpias que tengan poca profundidad y una buena cobertura vegetal en las orillas. Gustan de hacerlo en pequeños grupos buscando protección. Ponen de dos a tres huevos que incuban entre 20 y 23 días. Los pollos abandonan el nido antes de la primera semana de vida, aunque no se alejan mucho, a los 20 días empiezan a volar. En Europa las colonias de cría más numerosas se encuentran en los Países Bajos donde superan las mil parejas reproductoras.


Pareja de fumareles en el Pontón


En nuestro país es un reproductor muy escaso, solo crían algunas parejas en las marismas del Guadalquivir y puntos concretos de la Mancha Húmeda que cambian de un año a otro, en función de las condiciones hídricas. A finales de los años 80, del siglo pasado se estimó que como máximo se reproducían 150 parejas en España pero en los últimos años se han reducido y en la actualidad no superaran las 30 parejas. Hasta los años 60 del siglo pasado unas pocas parejas lograron reproducirse en el País Valencià, en el Fondo, Santa Pola, la Albufera de València o en Xeresa-Xeraco, pero no han vuelto a hacerlo.

Esta especie pasa el invierno distribuida a lo largo de la costa occidental africana desde Senegal hasta Sudáfrica.


Fumareles en balsa de riego, Requena


Hoy en día es una especie que solo podemos encontrar en los pasos migratorios, el prenupcial se produce entre los meses de marzo y mayo, mientras que el postnupcial lo hace entre finales de junio y octubre. El paso es muy variable, depende de las condiciones meteorológicas, por ello algunos años se han visto grandes grupos y otros apenas se detecten unas pocas aves. Los registros en València durante los pasos migratorios son más frecuentes en las zonas costeras. La mayoría de las observaciones refieren pocas aves, destacan los máximos detectados, el mayor fue de 400 ejemplares, en la Albufera, el año 1996. El segundo fue de 300 aves frente a la desembocadura del Turia, en 1989.

En la comarca de la Plana de Utiel solo se ha observado en la balsa de riegos de El Pontón, Requena. Buscando en mi cuaderno de campo compruebo que en los años 2003, 2004, 2005, 2008, 2009, 2010 y 2011 he observado esta especie quince veces, en los meses de abril, mayo, junio y septiembre, el máximo fue de cinco ejemplares.


Fumarel común (Chlidonias niger)


El 24 de abril de 2021 me acerqué por la tarde la balsa de riegos de la Comunidad de Regantes de Campo Arcís y me quedé sorprendido al ver toda la superficie de la balsa grande llena de fumareles alimentándose junto a Golondrina común (Hirundo rustica) y algún avión zapador (Riparia riparia). Esa tarde soplaba un viento moderado que aprovechaban 70 aves para volar a baja altura. Cuando veían una presa se dejaban caer, estiraban el cuello y lo recogían de la superficie del agua, casi sin mojarse más que la cabeza y el cuello. Algunas veces se impulsaban con las patas para elevarse y seguir buscando más. Cuando llegaban al límite norte de la basa, se elevaban y volando regresaban a la orilla sur, para volver a peinar la superficie de nuevo.

Ese sábado estuve hasta la puesta del sol, la mayoría de las aves se dedicó a buscar alimento sin parar. Sólo un grupo de 22 ejemplares se posó un rato en la orilla para descansar, pero no tardaron mucho en volver a reiniciar sus recorridos de alimentación. La mañana siguiente madrugué con la esperanza de volver a verlos, llegué a las 7.30 de la mañana y comprobé que solo quedaba un ave a la que acompañaban dos ejemplares de Fumarel Cariblanco (Chlidonias hybridus) que también estaban la tarde anterior. Sin duda, una vez bien alimentados habían seguido su viaje migratorio hacía sus zonas de cría.


Macho de porrón moñudo junto a hembra de porrón europeo en El Pontón


Además de las especies habituales que encontramos en El Pontón en estas fechas también había 7 Porrón europeo (Aythya ferina), 5 machos y dos hembras, a los que acompañaba un macho de Porrón moñudo (Aythya fuligula). Por la mañana del 25 de abril seguían los porrones y se añadió un grupo de media docena de Garceta común (Egretta garzetta).

 

Texto y fotos de Rafa Muñoz. 

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