Requena 22 de enero de 2022.
Es mediodía, estoy en lo alto del
cerro El Puntalón, cerca la aldea de
Roma. En una pinada isla en la falda
de la loma oigo el chillido de una rapaz y la busco con los prismáticos. Con
sorpresa mayúscula descubro una hembra de azor
común (Accipiter gentilis) pero está perchada en el brazo de un cetrero.
Nunca entenderé que alguien que se supone debe amar las aves, pueda tener
prisionera una espléndida rapaz, cuyo único patrimonio debería ser la libertad.
Texto y fotos de Rafa Muñoz
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