SE ACABÓ LA TRANQUILIDAD DE NUESTROS BOSQUES


Avoceta, hembras de azulones, cuchara y cerceta común. El Pontón 13 de octubre de 2007.


Continúa el paso migratorio en todo el interior valenciano. Este pasado fin de semana, los días 13 y 14 de octubre, pude observar que en la balsa de riegos de la Comunidad de Regantes de Campo Arcís, en la pedanía de El Pontón, todavía persistían los buenos números de anátidas, aunque inferiores a los de los últimos días. En concreto pude contar un máximo de 124 ánades azulones (Anas platyrhynchos). El juvenil de flamenco (Phoenicopterus ruber) que estuvo 15 días entre nosotros ya había continuado su camino hacía el sur, pero todavía continuaba la avoceta (Recurvirostra avosetta). Entre tanto azulón se distinguían tres cercetas comunes (Anas crecca) y cuatro patos cuchara (Anas clypeata). También se mantenían los números de zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) con 6 ejemplares.



Respecto a los limícolas en números ya muy reducidos respecto a estos dos últimos meses, este fin de semana se podían observar un correlimos menudo (Calidris minuta), dos andarríos chicos (Actitis hypoleucos). Todavía dos chorlitejos chicos (Charadrius dubius) y es de señalar que a las habituales lavanderas blancas (Motacilla alba) les acompañaban 11 lavanderas boyeras (Motacilla flava) en un pico del paso migratorio.



El domingo pude recorrer un valle apartado, próximo a la aldea de Los Sardineros, dentro de los límites del Parque Natural de las Hoces del Cabriel. La zona estuvo con niebla cerrada hasta las 10 de la mañana. Los primeros rayos de sol sobre las multicolores viñas tiñeron el paisaje. Las antes ocultas aves se lanzaron a lo alto de las coscojas a solearse para entrar en calor, no llegábamos a los 9 º C.


En ese momento todo se pobló de las pequeñas aves residentes y de todo un ejército de aves migradoras. En pocos metros podía observar petirrojos (Erithacus rubecula) que ya han llegado y pueblan muchos rincones de nuestros bosques. Las tarabillas comunes (Saxicola torquatus) dejaban paso a un precioso macho de colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). En el cielo las totovías (Lullula arborea) no paraban de cantar. Las currucas, normalmente más discretas, también escogían perchas visibles. Currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), cabecinegras (Sylvia melanocephala) y carrasqueñas (Sylvia cantillans). Las residentes rabilargas (Sylvia undata) más sobrias solo abandonaban la protección de los romeros y aliagas para pasar a otro grupo de arbustos con un corto vuelo.


Rambla Albosa, Requena, octubre de 2007.


Peregrinando entre los pinos, envueltos de sus reclamos que les permiten mantener contacto, revoloteaban rebuscando insectos carboneros garrapinos (Periparus ater), mitos (Aegithalos caudatus) y reyezuelos listados (Regulus ignicapilla). Los carboneros comunes (Parus major) mas independientes se dejaban oír más lejos. Sobre una carrasca el reclamo inconfundible de un alcaudón meridional (Lanius meridionalis) solapado con el gráznido de un arrendajo (Garrulus glandarius) que cruzaba el vallejo.


Una hora más tarde con el calor había empezando a subir y ya cerca de los 15 º C, los pájaros empezaron a ocultarse, la tranquilidad en el bosque se hizo patente. Recorrí el pinar hasta un cortado próximo donde cría una pareja de águilas reales (Aquila chrysaetos). Impresionaba la inmensidad de la plataforma mayor que casi se salía de la repisa y llegaba hasta el techo de la oquedad. Otros dos nidos mucho más someros quedaban a menos de 50 metros a la derecha.


Petirrojo en Los Sardineros, octubre 2007.


El resto del paseo por dentro del pinar solo deparó fugaces contactos con palomas torcaces (Columba palumbus) que al levantarse de su posadero golpeaban con furia el dorso de sus alas. De fondo ya resonaban los disparos de la recién abierta veda. Malos tiempos para las aves y para los amantes de la naturaleza que ven como la necesaria tranquilidad de muchos rincones olvidados se ve alterada.


Mensaje y fotos de Rafa Muñoz en el FORO SVO Aves.


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