21.04.09
El pasado 17.04 pude escaparme un rato a la balsa de El Pontón por la tarde hasta el anochecer, la única sorpresa fue la de observarla llena de golondrinas comunes (Hirundo rustica) volando raso sobre la lámina de agua, lo sorprendente era la cantidad que rondaría los 500 ejemplares, sin duda un pico del paso migratorio. Tal concentración atrajo un ataque de un alcotán (Falco subbuteo) que suelen perseguir estos bandos en busca de alguna presa agotada por el largo viaje. Pero su ataque se limito a sobrevolar la balsa mientras todas las aves pequeñas se alejaron raudas en dirección contraria. Otro migrante con un pico en el paso fueron 15 ejemplares de lavandera boyera (Motacilla flava) y el 90% machos con un vivo color amarillo. Otra novedad fue la presencia de 4 gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) que también prefirieron levantar el vuelo ante la presencia del predador.
En cuanto regresó la tranquilidad pude observar una cópula de chorlitejo chico (Charadrius dubius). Las parejas parecían ya claramente establecidas y no observaban las típicas persecuciones de varios machos a una hembra o los conatos de expulsión entre machos. El macho protagonista estaba a unos 5 metros de su pareja, emitió un reclamo diferente mientras ahuecaba el plumaje y daba una vuelta sobre si mismo. La hembra le contesto con otro reclamo corto y se dio la vuelta. El galán se acercó rápido y se subió al dorso de la hembra. Permanecieron muy quietos unos largos 3-4 segundos. El macho con mucho cuidado y despacio pateo el dorso de la hembra un par de veces con cada pata. Esta giró la cola hacia arriba y el macho hacia abajo, se juntaron un “milisegundo” y el macho saltó al suelo. Separados un metro, cada uno ahueco su plumaje y la hembra dio un par de vueltas sobre si misma. Luego siguieron cada uno a lo suyo pero manteniendo contacto visual.
Ya cayendo el sol, sobre la verja se posaron primero un macho de pardillo (Carduelis cannabina) y luego la hembra. Sin más prolegómenos que pudiera ver el macho subió al dorso de la hembra copulando un par de segundos. Lo que más me llamó la atención fue que después, los dos juntos, muy cerca y la hembra empezó a reclamar una ceba como si fuera un pollo. Su consorte la cebo más tiempo que les había durado la cópula, parecían besarse y la hembra movía las alas como los pollos cuando son cebados. Después ella se metió dentro de una aliaga florida donde a buen seguro tienen el nido. El macho tardó un poco más pero no entro directo. Primero se posó en lo alto de la aliaga. Controló que no hubieran peligros, bajo un poco más, volvió a vigilar. Cuando tuvo claro que todo estaba tranquilo entró donde supongo que tienen el nido. No vale la pena molestar a dos amantes antes de dormir.
Pero lo que más me sorprendió fue una parada nupcial de andarríos chico (Actitis hypoleucos). Pensar que esta especie parece que no se reproduce en València, y desde luego en la comarca de Requena-Utiel nosotros no les hemos encontrado criando. Os cuento la larga escena, en un tramo de las orillas asfaltadas de la balsa observé desde el coche que un pareja se perseguía. La hembra aparentaba ser ligeramente mayor y más oscura que el macho. El “novio” perseguía a la hembra, toda la escena duro como una hora. Siempre deambulaban en el mismo tramo de unos 10 metros cuadrados . Alguna vez el macho aparentó cansarse y acercarse a la orilla a picotear algo, en ese momento la hembra tomaba la iniciativa y se le acercaba. Él en cuanto se daba cuenta reiniciaba la persecución.
Varias veces cuando el macho aumentaba su excitación levantaba un ala, bien estirada, sin parar de correr tras la hembra. Durante el cortejo levantó alternativamente las dos alas, duraba unos segundos y continuaba con su persecución. En esos momentos chillaba nervioso. Un par de veces levantó unos segundos también las dos alas bien estiradas. La hembra también llegó a levantar un ala y el macho automáticamente la imitó levantando la misma ala. Un par de veces preso de gran excitación cuando aparentaba acorralar a la hembra en su hipotética área de juegos, saltaba sobre el dorso pero ella apretaba el paso con un rápido quiebro y aumentaba la distancia. Incluso una vez el macho “poseído” por la impaciencia pico la cola de ella.
Me llamó la atención que un rato otro andarríos entro en la zona donde estaban los amantes, parecían ignorarse mutuamente y el intruso se dedicaba a picotear en la orilla. La hembra una de las veces que el consorte aparentó cansarse se acercó con sus quiebros y todos se ignoraron. Pero curioso fue al final cuando parecía que el macho asumía que no tendría cópula esa noche, la hembra se levantó con un corto vuelo y aterrizó junto al intruso. El novio aparento volverse celoso y con un vuelo fue a caer sobre el intruso que se alejó definitivamente. El sol ya hacía rato que se había puesto y la luz escaseaba, en vista de que pronto dejaría de poder verlos me alejé sin poder constatar la cópula.
Ahora la pregunta que me hago, ¿establecen los andarríos chicos sus parejas durante la migración y llevan sus largos cortejos allí por donde pasan? ¡Quizás prueben suerte y decidan criar en El Pontón! Estoy convencido que esta especie llegó a criar en el río Magro, en sus orillas con guijarros. De hecho en la zona los conocen como los gallitos de río y así lo afirman algunos paisanos. ¡Quizás no sea tan distinta una playa de un río limpio con gravas en las orillas de una superficie lisa y asfaltada como la balsa de El Pontón!
Mensaje de Rafa Muñoz FORO SVO Aves
Fotos de Rafa Muñoz, José Ventura y Víctor París, FONS FOTOGRÀFIC SVO
No hay comentarios:
Publicar un comentario