AVES EN LAS CASAS DE UTIEL.



10/06/07.

El pasado domingo realicé la tercera jornada de censo en la cuadricula de Caudete de las Fuentes, en concreto en la zona de Las Casas de Utiel. Inicié las estaciones de escucha en una zona de cultivo intensivo de viña emparrada, solo rompía la monotonía alguna tabla aislada de cereal. Presuponía que pocas especies me alegrarían la mañana, pero por suerte la cosa empezó interesante. A las típicas cogujadas comunes (Galerida cristata) y las collalbas rubias (Oenanthe hispanica) enseguida se le añadieron alondras comunes (Alauda arvensis) y terreras comunes (Calandrella brachydactyla). Pero también abubillas (Upupa epops), pardillos (Carduelis cannabina), jilgueros (Carduelis carduelis) y verdecillos (Serinus serinus).


Pero la cosa solo había comenzado, encontré en medio del llano, en una pequeña depresión un soto espeso. Allí nacía lo que llaman el Manantial y eso es, un manantial. Allí hay gallinetas (Gallinula chloropus), ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) y bastardo (Cettia cetti). Allí acuden familias de verdecillos (Serinus serinus) y jilgueros (Carduelis carduelis) a calmar su sed. Pero lo mejor, allí tiene un nido con pollos chillones una pareja de picos picapinos (Dendrocopos major). Curioso por que por allí hay pocos árboles.


Después me fui a las parte oeste de la cuadricula. Esta zona comienza a elevarse suavemente de los 750 metros sobre el nivel del mar. En las laderas hay campos de almendros, en los vallejos manchas de carrascas y monte bajo. Si seguimos subiendo aparecen buenos bosquetes de pinos salteados de viñas y algún olivar. También hay restos de dehesas, con sus carrascas en medio de tablas de cereal todavía cultivadas.



Aquí abundan las torcaces (Columba palumbus), los arrendajos (Garrulus glandarius), los mitos (Aegithalos caudatus), los herrerillos capuchinos (Lophophanes cristatus), las totovías (Lullula arborea) y los omnipresentes verdecillos (Serinus serinus). Este mosaico lo rompen algunas canteras de extracción de áridos. Precisamente estaba acabando la última estación de escucha en lo alto de una pequeña cantera abandonada. Aparte de torcaces (Columba palumbus) y mitos (Aegithalos caudatus) poco más. Cuando faltaban un par de minutos para acabar se me ocurre mirar a mis pies, al cortado. ¡¡¡¡Ostras tres pollos de búho real (Bubo bubo) con las plumas de vuelo pero conservando plumón en la cabeza!!!!


Enseguida los dos mayores levantaron el vuelo con soltura y se alejaron tras unos pinos. Uno de ellos se llevó en una de sus garras los restos de un gazapo que se le cayeron enseguida. El más pequeño de espaldas no se inmutó, saqué la cámara para hacerle una foto. Luego lo miré con los prismáticos, observé sus grandes ojos naranjas y como los abría más todavía cuando me reconoció como un peligro, levanto el vuelo sin ningún problema y desapareció tras los pinos. Increíble broche a una buena mañana de “pajareo”. Os recuerdo que el día de las escuchas nocturnas hace un mes observé un adulto a un kilómetro de aquí, al supongo progenitor de estos volanderos.


Se me olvidaba que por la mañana a primera hora en la balsa de El Pontón, 3 garzas reales (Ardea cinerea), 6 parejas de cigüeñuelas (Himantopus himantopus) que creo pronto empezarán la nidificación y los chorlitejos chicos (Charadrius dubius) junto a dos tarros canelos (Tadorna ferruginea) y una hembra de ánade azulón (Anas platyrhynchos).


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