EL AZAGADOR. EL DERRAMADOR Y ROMA.


2/06/07.

Comencé la mañana con una rápida parada en la habitual balsa de riegos de El Pontón. Allí pude observar 3 garzas reales (Ardea cinerea), dos cigüeñuelas (Himantopus himantopus), dos tarros canelos (Tadorna ferruginea) y los habituales chorlitejos chicos (Charadrius dubius).

El recorrido de censo en El Derramador, a orillas del río Magro. La única sorpresa fue el poder confirmar la presencia en los sotos del Magro la presencia de los dos pícidos comarcales el pito real (Picus viridis) y el pico picapinos (Dendrocopos major). No faltaron los frecuentes ruiseñores (Luscinia megarhynchos) y ruiseñores bastardos (Cettia cetti) acompañados de oropéndolas (Oriolus oriolus). Las especies que no pude localizar y que supongo presentes fueron el carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y el torcecuello (Jynx torquilla). La mañana empezó ventosa y fresca y no pude perder mucho tiempo, necesitaba continuar con las estaciones de escucha.

Después proseguí por los alrededores de la pedanía de Roma. Esta zona se caracteriza por el cultivo intensivo de viña en espaldera, grandes campos sin setos que albergan alguna pareja de cogujada común (Galerida cristata) y alguna de collalba rubia (Oenanthe hispanica). Finalicé en los altos de la sierra de la Ceja, y me acerqué al nido de búho real (Bubo bubo). No había ni rastro de la familia y pensando en lo peor me encaramé a la ligera cueva donde estaba el nido. Había restos de un gazapo a medio comer, plumas de urraca, de torcaz y rojizas tipo ruiseñor, pero de la familia ni rastro. Di la vuelta a la cornisa y en otra vertiente pude ver a un pollo de espaldas. Rápidamente abandoné la zona felicitándome por la inteligencia de la madre que había traslado a su familia a un sitio menos visible. Antes se podía verlos desde una amplia pista y desde una viña aledaña.

Realicé un recorrido por la vertiente sur, en las ladera mas resguardadas hay bosquetes de viejos pinos, en los vallejos olivares aterrazados perdidos y abundante espartal en las zonas más abruptas. Ya eran las 11 de la mañana y el viento había amainado, el calor apretaba lo que hacía que apenas se viera movimiento. Enseguida una sorpresa, un cadáver reciente de un pollo de búho chico (Asio otus), me faltaba esta especie y estaba convencido que tenía que haber alguna pareja. Más adelante una pareja de mochuelos (Athene noctua) chillaba avisando a sus volanderos que se escondieran.



Más tarde continué por la parte baja de la rambla principal, aquí hay un buen bosque de ribera y en la ladera un buen pinar. Más ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) y bastardos (Cettia cetti), abubillas (Upupa epops) y oropéndolas (Oriolus oriolus). En una viña vieja localicé un nido de zorzal charlo (Turdus viscivorus) y otro de pardillos (Carduelis cannabina). También encontré un nido de ratoneros (Buteo buteo) donde supuse que debía estar al observar dos adultos por la zoan hace quince días en la zona. El sistematizar los recorridos permite localizar muchas especies de las que simplemente podríamos suponer su presencia.



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