21.12.08
Casi sin ganas continúo tengo que volver a la sombra, al hielo, pero en el siguiente recodo de nuevo el sol. Allí mismo al abrigo de un lentisco se soleaban 4 perdices (Alectoris rufa). Estas son autóctonas, saben que estamos con la veda abierta y prefieren zonas espesas y poco transitadas donde es más fácil encontrar predadores que las sorprendan pero también es más fácil huir de los cazadores y de sus escopetas que son más abundantes.
28.12.08
Enseguida sorprendo un enorme bando de pinzones vulgares (Fringilla coelebs) revolotea en la ladera de enfrente, no bajarán de los 50 ejemplares. Sigo mi camino por la cresta y las “risas” de pito real (Picus viridis) delatan a un ejemplar que no llego a ver. Currucas rabilargas (Sylvia undata) y mirlos (Turdus merula) son las únicas especies que más que ver adivino ocultándose a mi paso en otra coscoja más alejada.
Por un momento unas viñas desnudas salpicadas de algunas de oliveras cambian la vegetación dominante, enfrente bastante lejos adivino siluetas de aves sobre unos desnudos almendros perdidos. Con el telescopio empiezo a observar, 3 zorzales alirrojos (Turdus iliacus), a la derecha un zorzal real (Turdus pilaris), detrás en la copa de un pino 3 zorzales charlos (Turdus viscivorus). A la derecha pinzones vulgares (Fringilla coelebs), pardillos (Carduelis cannabina) y gorriones chillones (Petronia petronia). A la izquierda agrupados un bandito de estorninos negros(Sturnus unicolor). Pero muy cerca de mi entre las oliveras dos colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros) y un petirrojo (Erithacus rubecula). Oigo un carbonero común (Parus major) detrás, también muy cerca pero no pierdo el tiempo con él. De repente todo el grupo se levanta y se aleja, sospecho que algún peligro los ha espantado a todos de golpe. Las aves aprovechan esta época del año para formar enormes grupos mixtos, con ellos suman ojos con los que evitar peligros. Busco alguna rapaz por la zona pero enseguida oigo los perros de un cazador y entiendo lo que las ha espantado.
Mi recorrido me lleva ahora ladera abajo, dentro del pinar, árboles de más de 30 años pero con estos suelos pobres y la poca agua que cae no han podido crecer mucho. Muy poco movimiento de aves como en el espeso monte bajo, alguna curruca rabilarga (Sylvia undata), algún mirlo (Turdus merula) y una solitaria paloma torcaz (Columba palumbus). Después de un buen rato un grupo de mitos (Aegithalos caudatus) revolotean a escasos centímetros de mi entre las ramas. Luego silencio y a continuar el camino.
Unos largos minutos después y de nuevo el suave reclamo de otros páridos, en este caso un par de reyezuelos listados (Regulus ignicapilla), pero estos son más tímidos y no se dejan acercar tanto, pruebo a moverme despacio intentando adivinar el próximo pino que van a explorar, tengo suerte, son apenas 10 segundos los que se deja ver pero entre los reyezuelos listados va como mínimo otro reyezuelo, en este caso uno sencillo (Regulus regulus). Estos últimos solo durante los inviernos y no todos se dejan ver en esta zona.
Bordeo una viña aislada entre el pinar, la penuria del siglo pasado hizo que los agricultores de la zona trabajaran plantando cepas en las tierras de los más ricos y estos a cambio les cedían los terrenos marginales, en los límites. Así por unas jornadas de trabajo podían ir acumulando pequeñas tablas dispersas para ellos plantar allí sus propias viñas. Aquí aprovecharon un pequeño llano entre vallejos. Pensando en ellos bajo un pino encuentro una zorra (Vulpes vulpes) muerta recientemente, no está descompuesta ni la han comido otros animales, está contraída con su espeso pelaje inviernal como tapándola como una manta. No pierdo tiempo intentando averiguar si un disparo es el culpable de su fin.
Por fin fuente Melada, donde me había propuesto llegar, pero monte a través, siguiendo las trochas de las sacas de madera. Desde lejos observo aves sobre las ramas desnudas de los olmos muertos. Con el catalejo veo dos picogordos (Coccothraustes coccothraustes) y 4 piquituertos (Loxia curvirostra) con sus plumajes nupciales rojos y amarillos esperan las cosechas de piñones invernales para ponerse a críar dentro de muy poco. El cielo está más negro y un fino “calabobos” empieza a enturbiar el paisaje, apreto el paso, me queda un largo trecho hasta el coche.
Mensaje de Rafa Muñoz en el FORO SVO Aves.
Fotos de Ximo Seguí y de Rafa Muñoz, FONS FOTOGRÀFIC SVO.
