Vertido de purines sólidos en Camporrobles |
La población porcina crece a pasos agigantados en nuestra comarca, esta es una industria agroalimentaria que genera muchos residuos por lo que los países
centroeuropeos han puesto trabas legales a su producción y esta ha
venido a España gracias a tener una legislación mucho más laxa que ha permitido un
crecimiento exponencial que nos ha permitido desbancar a Alemania como primer
productor europeo. En 2018 España tenía 31 millones de cerdos que generaban 62
millones de metros cúbicos de purines anuales.
Los purines de los cerdos contienen
nitratos y amoniaco que contaminan los acuíferos, su almacenamiento y la
posterior fermentación producen gas metano que es veinte veces más nocivo
para el efecto invernadero que el CO₂. El purín está compuesto en un 90% por agua, la materia
sólida es más fácil de manipular, se lleva a plantas de compostaje y después se utiliza para abonar las
tierras pero el líquido hay que tratarlo para reducir la cantidad de nitrato que
tiene y para ello se almacena en piscinas selladas y cubiertas para evitar las
emisiones de gas metano.
Reciente legislación impulsada
por la UE prohíbe esparcir purines pulverizándolos, además para la apertura de nuevas
granjas se exige disponer de cierto número de hectáreas en función del tamaño
de la cabaña donde poder verter de modo controlado los purines, para ello se les exige
tener un registro detallado con el lugar, fecha y cantidad de los vertidos. En
noviembre de 2018 según la hoja informativa de procedimientos de sanción
en materia medioambiental se advertía que España no protege ni controla el
estado de sus aguas frente a los nitratos procedentes de explotaciones agrarias
y que no supervisa ni evalúa las los acuíferos vulnerables a dichos nitratos, la
suma de estas dejaciones contraviene la Directiva Europea sobre nitratos y por
ello se apercibía a nuestro país dándole un plazo de dos meses para corregirlo y
evitar sanciones.
Un hedor a amoniaco y una infestación de moscas son el primer síntoma de un grave problema |
Pero el porcino de nuestro país es
un sector económico potente que presiona para evitar regulaciones que encarezcan
su producción aunque los accidentes graves se producen con demasiada frecuencia
como el vertido de 350.000 litros de purines por la rotura de una conducción que
contaminaron el río Eo en Galicia este mismo verano de 2018, los purines provocaron
la muerte de las truchas del río, el cierre al baño de las playas de Ribadeo y
la prohibición del marisqueo de la zona.
Catalunya en 2012 tenía la mayor cabaña
porcina del estado con una cifra cercana a los 7 millones de cerdos, según la Agencia Catalana del Agua
esto provocaba que el 41% de sus acuíferos estuvieran contaminados y 142
municipios no podían abastecerse de sus puntos de suministro habituales, ello obligaba a la Generalitat a gastar más
de 6 millones € en el suministro de agua potable. En el año 2018 debido a la concentración de macrogranjas de porcino 17 pueblos sorianos
no podían beber agua de sus fuentes por la contaminación por nitratos procedentes
de los purines.
El límite legal nitratos/litro es 50 mg, superar este índice provoca la clausura automática del suministro por el grave riesgo para la salud, pero también una elevada concentración de nitratos procedentes de los vertidos de purines en embalses como en el de As Conchas, en el río Limia, provoca episodios estivales de eutrofización y proliferación de cianobacterias al reducirse el nivel de las aguas, por último según el Documento Inicial del nuevo Plan Hidrológico del Ebro (PHE) 2021-2027 realizado por la Confederación cuantifica que dos de cada tres granjas de su cuenca, unas 30.000 explotaciones, contaminan los acuíferos con el vertido de 128.949 toneladas de nitrógeno al año.
El límite legal nitratos/litro es 50 mg, superar este índice provoca la clausura automática del suministro por el grave riesgo para la salud, pero también una elevada concentración de nitratos procedentes de los vertidos de purines en embalses como en el de As Conchas, en el río Limia, provoca episodios estivales de eutrofización y proliferación de cianobacterias al reducirse el nivel de las aguas, por último según el Documento Inicial del nuevo Plan Hidrológico del Ebro (PHE) 2021-2027 realizado por la Confederación cuantifica que dos de cada tres granjas de su cuenca, unas 30.000 explotaciones, contaminan los acuíferos con el vertido de 128.949 toneladas de nitrógeno al año.
Pero incluso los residuos sólidos que son menos factibles de contaminar acuíferos y que depositan grandes camiones en nuestros campos provocan un hedor insoportable a amoniaco que impide la presencia de cualquier animal que utilice el olfato como su principal sentido. Otro efecto inmediato es el aumento de moscas que se multiplican con gran rapidez infestando los campos sembrados de purines.
Son demasiados ejemplos que anuncian el grave problema al que se tendrá que enfrentar la comarca
de Requena-Utiel en breve espacio de tiempo debido a la proliferación de
granjas porcinas que reparten sus residuos por los cultivos de Sinarcas,
Camporrobles, Fuenterrobles o de Requena donde además de explotaciones porcinas tenemos
una macrogranja de ganado vacuno de Campo Arcís.
¿Cuánto aguantarán nuestros
acuíferos sin llegar al fatídico nivel de 50 mg de nitratos/litro? ¿Hasta cuándo
podremos beber agua del grifo? Estamos inmersos en un fatídico sistema social que contrapone el desarrollo económico a la salud de nuestra tierra y ello nos conduce indefectiblemente a un colapso ecológico, quizás incluso al colapso de nuestra propia sociedad. ¿Estamos a tiempo de evitarlo?
Texto y fotos de Rafa Muñoz.
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